Pepe Gálvez tiene que construir en tiempo récord un Real Mallorca más agresivo, más ambicioso y más valiente. Se trata de parámetros innegociables que el entrenador aceptó cuando accedió al cargo la noche del lunes, relevando a un Albert Ferrer que se resistió a llevar tan lejos las pautas que le marcó Utz Claassen. El Chapi murió con sus ideas y Gálvez, su ayudante, tiene que hacer méritos desde este mismo domingo para superar los tres partidos de prueba que le ha dado el club.

La idea parece simple, pero está asumida por todos los estamentos del club: cuanto más ofensivo sea el Mallorca, más cerca estará de marcar gol. Y el nuevo técnico, auxiliado por Alfonso Pérez, tienen la exigencia de presentar un equipo volcado en el ataque desde el primer minuto para enfrentarse a un Albacete que tiene la esperanza de pescar en aguas revueltas.

Brandon sale al rescate de un Gálvez que necesita de toda la pólvora que atesora el equipo. Más aún si se trata del mallorquín, un futbolista que ha sido decisivo en casi todos los partidos que ha disputado. El canterano se ha recuperado de una lesión muscular que le ha dejado sin protagonismo media temporada, y será un pilar en el esquema del entrenador debutante.

Lo normal es que también salga de inicio Bianchi, uno de los futbolistas más beneficiado por la marcha de Ferrer. El italiano tenía nula empatía con el técnico saliente y tiene fundadas esperanzas en que con Gálvez en el banquillo recuperará su condición de titular indiscutible.

Brandon y Bianchi se perfilan como las dos puntas de lanza de un Real Mallorca que, al menos en Son Moix, jugará siempre con dos delanteros. Previsiblemente Javi Ros, suplente ante el Alavés, guardará las espaldas de los dos atacantes.

A Gálvez le gustaba el trivote en el centro del campo que fue exitoso durante algunas jornadas, aunque habrá que ver si lo mantiene o lo deshace. De momento, incide mucho en la presión adelantada y en que el equipo sea el protagonista absoluto con la pelota. Con el calvianer al mando no debería haber espacio para especular con el resultado, algo de lo que abusó Ferrer.

El Mallorca que se mida al Albacete será mucho más atrevido en ataque, pero inevitablemente quedará más expuesto en defensa. Chapi logró armar un equipo casi inexpugnable en defensa y el gran reto de Gálvez será mantener el candado mientras casi todos los bermellones se dirigen hacia la portería rival.

Y, el más difícil todavía, sin Aveldaño, que cumplirá un partido de sanción. Será el turno de Kasim o Truyols.