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Análisis

La fría realidad de los números

Bianchi, un ´goleador´ en el banquillo.

Este fin de semana se han cumplido los tres primeros meses desde que comenzó la Liga Adelante. Catorce jornadas. Un tercio de campeonato. Y, en un ejercicio de supervivencia y cada vez más solo, el bueno de Chapi Ferrer insiste en su repetitivo discurso en contar lo que solo él ve. Que si tiene plena confianza en sus jugadores, que si su equipo va a más, que los goles llegarán y bla bla bla. Pero todo su mensaje no son más que fuegos de artificio cuando miras la fría realidad de los números. En catorce jornadas solo tres victorias, tres, y nueve goles a favor, nueve. Unos datos de equipo candidato al descenso más que a lo que nos han querido vender desde el club con la excusa del Centenario. Con este panorama no extraña que ayer solo acudieran menos de cinco mil aficionados a ver al Mallorca. A los más de dos mil que se quedaron en casa optando por el Clásico no se les puede recriminar nada porque hay que tener mucho valor para soportar el triste papel del equipo, sobre todo una primera parte para no volver.

La ausencia de un hombre gol pena al equipo de una forma escandalosa. Por una vez que el Mallorca ha frenado la sangría que ha sido en defensa en las últimas temporadas, resulta que el problema está en la delantera. Es verdad. Pero no solo eso. También falta un pasador. Desconocemos si Bianchi, fichado como el que debía ser el referente en ataque, es un goleador. Sencillamente porque le llegan muy pocos balones en condiciones. Y los que se hace suyos, nunca acaban donde debe. El Mallorca, afortunado en defensa, se quedó sin los tres puntos ante el Lugo por su falta de puntería, un mal endémico esta temporada. Es verdad que ahora se generan más ocasiones, pero no basta. Hace falta un hombre gol, y el mercado de invierno abre la posibilidad de reforzar lo que Claassen vendió como "la mejor delantera de Segunda". En esas estamos a estas alturas de la temporada.

La apatía de Moutinho es de las que desespera al más entusiasta seguidor del equipo. Y por lo que se ve, también a Ferrer, que tolera un mal día en la oficina, como tuvo Javi Ros, pero no la desidia y la falta de actitud. Ahora se entiende porqué el portugués, sin duda un futbolista apreciable, era suplente en el Albacete, que no puso ningún reparo en su salida.

Florentino es la raíz del problema que aqueja al Real Madrid. Jugando como lo hace a ser director deportivo y entendiendo el fútbol como un mero negocio en el que los sentimientos quedan al margen, el presidente del Real Madrid es el principal responsable de la caída en picado del club. Florentino ha cometido muchos errores en su larga etapa en la presidencia, pero pocos al nivel de prescindir de un técnico apreciado por los jugadores como Ancelotti y sustituirle por Benítez, un entrenador con la etiqueta de conservador -como Mourinho-, el peor defecto para un equipo plagado de estrellas y perfectamente capacitado para deleitar a sus aficionados con un fútbol de altos vuelos. Su rimbombante discurso de mejor club del mundo se diluye cuando es humillado por su gran rival, con goles y fútbol de alta escuela. Y ahí le duele. Florentino dispone de todo el dinero del mundo, pero carece de un buen asesor que le marque el camino.

El final de año de Nadal es el mejor indicador de que está en disposición de volver a luchar por los títulos importantes. Ha demostrado que ya está perfectamente capacitado para ganar a todos... menos a Djokovic. "Ahora es el mejor jugador del mundo", dijo el mallorquín tras perder por cuarta vez esta temporada ante el serbio. Ahora, remarcó Nadal, es mejor. Pero desde hoy seguro que ya piensa en cómo ganarle de nuevo.

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