Ya es matemático. El Real Mallorca cumplirá cien jornadas consecutivas fuera de las plazas de ´play-off´. El equipo celebrará este particular y humillante ´centenario´ dentro de dos semanas a consecuencia de su fracasada trayectoria en Segunda División desde el descenso en el verano de 2013. Han sido dos temporadas, más las jornadas disputadas este curso, en las que el conjunto bermellón no ha ocupado jamás alguna de las seis primeras plazas de la clasificación.

El Mallorca suma exactamente 98 jornadas seguidas en la categoría de Plata. Aunque ganara los dos próximos compromisos contra el Alavés y el Albacete no le bastaría para alcanzar al menos la sexta posición de la tabla. De este modo, cuando haya concluido el partido contra el conjunto manchego el 6 de diciembre, el grupo de Ferrer habrá completado oficialmente cien jornadas sin pisar zona de promoción o de ascenso directo.

El conjunto bermellón terminó ayer la decimocuarta jornada en zona de descenso y a siete puntos del Nàstic de Tarragona, sexto clasificado. Esquivar ese vergonzoso ´centenario´ ya es matemáticamente imposible, lo que resulta desolador para un Mallorca que ha arrancado las tres temporadas que lleva en Segunda con el objetivo de pelear por el ascenso.

La estadística es particularmente cruel si se tiene en cuenta que este curso la entidad balear celebrará sus cien años de existencia. Antes del Centenario oficial, toca apechugar con el deportivo.

La temporada 2014/15, la primera desde el descenso, el equipo que entonces entrenaba José Luis Oltra se acercó varias ocasiones a la sexta plaza. Hasta cuatro veces ocuparon la séptima posición los bermellones aquella campaña, pero siempre se les negó esa victoria que les habría permitido meterse en zona de ´play-off´ y derribar así un muro psicológico que seguiría siendo inabordable el siguiente curso.

Aquel equipo que dirigía Valeri Karpin llegó a ser octavo en la undécima y la duodécima jornadas. Pero de nuevo los bermellones no estuvieron a la altura y desperdiciaron todas las oportunidades que les ofreció en ese momento la competición para asaltar la parte alta de la tabla. El Mallorca inició entonces un declive que costó el cargo a Karpin, su relevo por Miquel Soler y una mediocre permanencia a tres semanas del final.

Esta temporada las cosas están yendo incluso peor. Lo posición más desahogada de los rojillos fue la decimoquinta plaza que conquistaron en la segunda jornada. Los hombres de Ferrer han pasado más semanas en descenso que fuera de él, y ya han abierto brecha con la zona de ´play-off´.

No pintan bien las cosas para el Mallorca. Y eso que este verano el club anunció a bombo y platillo la exigencia de pelear por el ascenso a Primera en el año del Centenario. El oficial, claro.