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Análisis

Una salida triste y fea

Dejando al margen las cuestiones futbolísticas, que a unos gustará más y a otros menos, lo cierto es que la salida de Pau Cendrós del Mallorca es de las que nunca quieres que sucedan. Más en un jugador de la tierra y mallorquinista hasta la médula. Seguramente se produjeron errores por las dos partes. El club podría haber alcanzado un acuerdo con el jugador para que se reincorporara a la concentración en la fecha prevista tras su boda, y el futbolista debería haber tenido en cuenta que, antes que el placer, está el deber, y su obligación, con boda o sin ella, era estar disponible cuando el club le citara. A Cendrós le va bien en Lugo -como aquí, es titular indiscutible- y Campabadal y Company cumplen en el lateral derecho. El caso de Joselu es más comprensible. Es una decisión puramente deportiva del entrenador de turno. Y parece que no se ha equivocado.

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