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Fin a una racha de mantequilla

La derrota ante Osasuna interrumpe la progresión del Mallorca, que se mete en descenso después de haber encadenado cuatro empates y dos victorias

Aveldaño cabecea ante un jugador de Osasuna durante el partido de ayer en El Sadar.

El Mallorca presumía de haber iniciado una racha sin perder que ha acabado siendo de mantequilla. La derrota de ayer en Pamplona rompe una estadística que acumulaba dos victorias y cuatro empates en los últimos seis encuentros. No obstante, con el tropiezo frente a Osasuna el equipo de Albert Ferrer regresa justo al lugar en el que estaba cuando enderezó su rumbo, en los puestos de descenso.

Es cierto que las diferencias en esta Liga Adelante son mínimas, tal y como se refleja en los resultados de cada jornada y, por supuesto en la clasificación, pero ha quedado claro que los empates sirven para muy poco. Y eso es lo que le ha sucedido al Mallorca, que a pesar de rascar siempre algo positivo no se despegaba de la parte baja de la tabla. De ahí que ahora los bermellones necesiten empezar una buena racha de verdad, con más victorias que empates, para alejar los fantasmas y escalar puestos en la clasificación. Está claro que la anterior ha servido para poco.

Y eso que empezó con buena pinta. Los baleares tocaron fondo en la sexta jornada cayendo en un esperpéntico encuentro ante el Huesca en Son Moix (0-1). El asiento de Ferrer en el banquillo se quedó temblando porque el equipo ocupaba la plaza de colista, por méritos propios, después de cuatro derrotas, un empate y un solo triunfo. Y justo cuando Chapi estaba contra las cuerdas sus pupilos empezaron a responder. Apostó por un cambio en el dibujo táctico, con un trivote, que mejoró sensiblemente su imagen en Oviedo (1-1). Con Yuste, Sissoko y Javi Ros, más Campabadal como extremo, el Mallorca se mostró más sólido en tareas defensivas y con algo más de llegada al área rival. Desde entonces el equipo mostró otra cara. Ganó dos duelos de los tres disputados en la isla, ante el Llagostera (1-0) y Almería (1-0), ya que frente al Zaragoza sumó un punto (0-0) y empató en el Carlos Tartiere (1-1), en Anduva ante el Mirandés (2-2) y en Butarque frente al Leganés (0-0).

Eso le hizo salir de los puestos de descenso, pero jamás se escapó de la parte más peligrosa de la clasificación. Y justo cuando viene una derrota, en El Sadar, vuelve al sitio de antes. Toca espabilar otra vez.

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