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La libreta

El arte de hacer fácil lo difícil

Sissoko, el sábado en Anduva.

Una lectura rápida de los avatares de la competición nos conduce a conclusiones sin duda aventuradas, pero no por ello desdeñables. Sin la sombra del Betis, con estructura y presupuesto muy por encima del resto de competidores en Segunda, ni Las Palmas, diseñado para el ascenso durante dos temporadas, nos hallaríamos inmersos en un grupo carente de favoritos por lo que al play-off o el ascenso directo se refiere. Por el contrario, se encarece la permanencia si nos atenemos a la clasificación actual con equipos, como el mismo Mallorca, poco avezados a ocupar plazas de descenso y, en consecuencia, enemigos de cuidado en esa zona tan delicada de la que no han conseguido escapar aún los de Ferrer. Valladolid y Almería no son compañeros de viaje demasiado cómodos. El próximo domingo, matinal en Son Moix, calibraremos emociones.

la experiencia es un grado, aunque sea un valor en desuso e incluso decadencia. En la portería del Mallorca batallan entre sí la juventud y la veteranía. Timon es un portero de futuro y Cabrero un guardameta con pasado. La adaptación a un país y una ciudad nuevas para el joven teutón constituyen bazas negativas para su proyección. Sus brillantes intervenciones en casa contrastan con sus errores de principiante fuera. Tampoco se puede imputar a los cancerberos el desorden defensivo de este equipo, cuyas deficiencias en ataque no han logrado compensar todavía su mejoría en las almenas pese a los dos goles marcados en Anduva. Los parciales de octubre no imprimen carácter.

No hay exámenes difíciles ni fáciles. Todo lo que uno sabe hacer se percibe sencillo, por el contrario la incapacidad intelectual o técnica para resolver una incógnita la transforma en difícil. El arte del fútbol consiste en hacer fácil lo que es complicado, una habilidad que requiere talento, condiciones físicas y sacrificio. El juego limpio aporta datos marginales a la trayectoria de un equipo, porque la falta de calidad provoca el necesario uso de recursos menos ortodoxos para ocultarla. En la tabla de amonestaciones, los discípulos del Chapi, vistan de blanco o de rojo, ocupan el antepenúltimo escalón de la categoría. Demasiadas tarjetas en sólo nueve jornadas. Otro dato a considerar es que el líder, un Osasuna de cristal, viene a ser precisamente el que menos goles ha encajado en este arranque de la competición. Vayamos atando cabos cuando nos lamentamos de poca puntería. Los puntos son los mismos, pero quizás sea mejor un empate a nada que con cuatro goles por banda.

No he leído comentarios despectivos hacia Nadal en este año decepcionante que le ha tocado vivir. Ha sido una temporada de grandes valles y escasas cimas. Aunque no fuera capaz de reverdecer viejos laureles, lo que aún está por ver, nadie pone en duda lo que es y ha sido o lo que da y ha dado. Aquí, en Balears, puede que pasen muchos años sin disfrutar de un deportista semejante. La irregularidad que revela el hecho de barrer a Wawrinka para caer después a los pies de Tsonga certifica una manifiesta inseguridad que no se puede reducir a una sola causa. Sea cual sea, merece un respeto que, particularmente, pienso que se le guarda tanto aquí como en el resto del mundo.

Para ganar el campeonato del mundo de Moto GP, Lorenzo debería subir al podio y que no lo hiciera Rossi en las dos pruebas que restan. Y aún así podría no bastar. Salvo que el mallorquín ganara en ambas pruebas y el italiano se quedara en tercera posisión. No, no es imposible; pero sí difícil. Si la clasificación no se moviera, tampoco sería un fracaso. Máximo reconocimiento a Il Dottore y ovación para Lorenzo.

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