Carlos Terrazas, técnico local, no entendió el principio básico de la tercera ley de Newton: "Todo cuerpo que ejerce una fuerza sobre otro, genera otra fuerza de la misma intensidad pero en sentido contrario". Ferrer, con dos cambios aparentemente simples en el descanso, le ganó la partida, conquistó el empate y estuvo mucho más cerca de la victoria que su anfitrión.
Antes de que los acontecimientos se precipitaran de esta manera, el Mirandés había encarrilado el partido gracias a dos fallos groseros de Timon -ya van tres si sumamos el de Oviedo- como compensación a sus decisivas intervenciones contra el Numancia. Hoy por ti, mañana por mí. El Chapi se debió haber olvidado de advertir a sus pupilos que los burgaleses no tienen otro recurso que sus acciones a balón parado y el alemán se dejó las llaves en la puerta.
Visto el fracaso del fútbol de toque en un terreno de juego estrecho y de cara a la adversidad, el banquillo visitante se movió en busca de la inspiración individual. Brandon relevó a Arana y Pereira a Company y lo que pudo parecer un intercambio de cromos, se convirtió en el arma desestabilizadora que desarboló a ese anfitrión convencido de que el lance se acababa en el intermedio.
Sí. Este equipo necesita al de Santanyí como el arroz el agua. Tiene la velocidad, el talento y la chispa que se echa de menos en su ausencia. El francés, discutido y menos resolutivo, tampoco desmerece tanto como para empezar siempre desde el asiento. Este deporte tiene determinadas rarezas. Montas una idea de juego basada en el toque y terminas hallando la solución en actuaciones personales y casi intransferibles. Pero no olvidemos la aportación de Sissoko, incansable y con llegadas letales desde la segunda línea y los movimientos de Ros infiltrado entre el enemigo. ¿Bianchi? Sí. Ya lo dijimos el lunes pasado, trabajador, lento, interesante su capacidad de combate y su habilidad para retener la pelota a la espera de recibir ayudas, pero no remata, lo que entendíamos que era su principal cualidad. Esta vez sí se puede afirmar que el Mallorca ganó un punto, en lugar de perder dos. Lo que empezó mal, acabó mejor.
