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Preferiría no hacerlo

Presunta mejoría

En lo referente al Mallorca siempre es conveniente moverse en el terreno de la presunción, sobre todo cuando el equipo hace un partido convincente

Conviene ser cauteloso cuando se valora una supuesta mejoría del Mallorca. Son varias las reacciones que en el pasado quedaron desmentidas por los hechos y lo que en un momento dado pareció un punto de inflexión acabó siendo un espejismo. El conjunto bermellón dio en Oviedo un nivel muy superior al de anteriores jornadas, por lo que Albert Ferrer y los futbolistas se merecen algo de credibilidad. Es evidente que la plantilla tiene un techo más alto del que ha demostrado hasta la fecha, pero también lo es que la clasificación no miente. El Mallorca ya sabe cuál es el camino y afronta el reto de no descarrilar. También será necesario elevar más las prestaciones porque la realidad es que, en su mejor partido, al equipo no le ha alcanzado para ganar.

Destitución aparcada

El resultado y la imagen ofrecida ha sofocado momentáneamente el debate sobre la continuidad del entrenador. Una destitución en caso de derrota habría sido necesaria, pero un sofoco para un club que involucró a una quincena de candidatos antes de elegir a su técnico. Ferrer ha ofrecido su valoración, a veces determinante, en todos los fichajes contratados en verano, por lo que el Mallorca habría prescindido de uno de los pilares del proyecto deportivo. Chapi ha salvado su primera bola de partido, pero seguirá teniendo una posición muy delicada hasta que el equipo no despegue definitivamente. Dependerá de sus aciertos y de la entrega de sus futbolistas. Ayer derrocharon intensidad. Quién sabe cómo se comportarán el próximo domingo.

Cónclave problemático

Claassen no cree que las cosas pasen por azar y por eso estará convencido de que la mejoría del equipo está estrechamente vinculada con el gabinete de crisis que el pasado lunes celebró con los capitanes y el entrenador en dos reuniones separadas. Es posible que haya una relación entre una cosa y la otra, pero no es en absoluto normal que el propietario tenga que mantener este tipo de reuniones para recordar a todo el mundo lo mucho que está en juego. Además, y aunque se quiera dar una apariencia de normalidad, estos cónclaves acaban suponiendo una evidente desautorización del entrenador. Siempre lo es cuando el club entra en el vestuario, aunque haya una buena razón para ello.

¿Por qué?

Resulta difícil entender por qué hay tanta necesidad de complicarse la vida. El color que identifica al Mallorca es el rojo. Jugar con la segunda equipación cuando no es obligatorio es una frivolidad y ganas de alterar al personal. Precisamente en el año del Centenario convendría tener un exquisito respeto por los símbolos.

Una nebulosa

El Palma Air Europa estrenó la temporada con victoria. Si se cumplen los pronósticos, el conjunto de Cepeda acabará la temporada entre los cuatro primeros. Lo que suceda más allá de la liga regular permanece en una especie de nebulosa. El club tiene claro que, o mucho cambian las cosas, o ni de lejos puede afrontar la inversión económica que supone un ascenso a la ACB. Es una actitud francamente responsable, aunque eso implique desenganchar a una parte de los aficionados al baloncesto de la isla.

Llama la atención

Los propios directivos del Palma han lamentado esta semana la escasa asistencia de público al Ciutat de Palma que el pasado fin de semana reunió a tres equipos ACB, una oferta de baloncesto que muy pocas veces se puede ver en la isla. La media de espectadores no alcanzó las dos mil personas. Pero lo que resulta verdaderamente llamativo es que tampoco acudieron a la cita muchos de los jugadores del Palma Air Europa y de otros clubes.

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