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La libreta

Cortinas de humo

Bianchi da instrucciones durante el partido. Guillem Bosch

Ya lo dice la canción que cantaban los Platters: el humo ciega tus ojos. En este caso, los nuestros. Pero si uno hace de él su argumento de venta o su estrategia de comunicación, debe saber que en cuanto se disipa aparece un panorama nítido que agiganta las pupilas hasta de quienes han preferido mirar hacia otro lado. El Mallorca no necesita campos reversibles, gradas de fondo, presupuestos ocultos, extranjeros sin licencia, disfrazar topes salariales, embajadores no se sabe de qué ni convenios con escuelas de fútbol que no tienen nada que aportar. Pero, sobre todo, no precisa promesas que no se pueden cumplir, ni objetivos de dudoso alcance cuando ni siquiera ha empezado a rodar el balón. A Dios rogando y con el mazo dando, sí; pero sólo rezando, aunque sea en Lluc, poco se consigue.

Toda la responsabilidad recae sobre Ferrer, en base al orden en que suelen desencadenarse las críticas cuando un equipo no funciona. Es lo habitual. Y, en efecto, transmite poca seguridad un entrenador que necesita hasta tres ayudantes, sin contar preparador físico y de porteros, para ejercer sus funciones y plasmar sus ideas. No obstante también hay que preguntar a quien autoriza el gasto. En este punto sorprende la sumisión de Pepe Gálvez y Alfonso Pérez, humillados por la exigencia del Chapi de contratar a Sánchez Jara, un sustituto de su confianza. Si Soler se tragó inesperadamente su orgullo, el segundo y el tercero actuales, que no necesitan del fútbol para vivir, entendíamos que han debido mostrar más personalidad.

Este ejército de técnicos ha tomado decisiones discutibles que no han reportado beneficio, ni frescura. El jugador con la ficha más alta de la plantilla se quedó el sábado en el banquillo la primera mitad del encuentro. Los centrales intercambiaron su posición, Aveldaño derecha y Costas izquierda, sin justificación aparente. Yuste y Sissoko son un cromo repetido como pivotes, sin olvidar que ya descendieron a Segunda B con el Hércules de Alicante. Y un detalle más. De los siete goles que han encajado Timon y Cabrero en Liga, seis han llegado por la izquierda del contrario, es decir por la banda que no defiende Campabadal, más atento a correr la banda que a cubrirse las espaldas. Si este tipo de circunstancias las observa un tuerto o un neófito, a un entrenador con título, o a cuatro para ser más exactos, no les tendrían que pasar desapercibidas. Y si lo ven y no logran corregirlo, peor aún.

La plantilla no cree en lo que hace. En mi opinión los jugadores no tienen ninguna fe en su jefe, ni en el proyecto en términos generales. La afición, cada día menos. Utz Claassen escuchó los primeros pitos, a los que Miquel Àngel Nadal no debería ser ajeno. De momento la bronca va hacia el banquillo, pero un par de resultados como los cosechados hasta ahora y la onda se expandirá como un reguero de pólvora. Es la consecuencia de tener oidos sólo para las alabanzas, a veces interesadas, soslayando la crítica que nos hace mejores aunque duela. Tiene que ver mucho con la prepotencia, que siempre pierde la batalla contra la humildad, igual que la verborrea frente al silencio.

Otra clase de humo despide el tubo de escape de la moto de Lorenzo. Podrá ganar o no el Mundial, pero en caso contrario quien ciña la corona de MotoGP tendrá que pasar por encima de su casco. Esto nunca es como empieza, sino como acaba. También echan otra clase de humo en Barcelona. La lesión de Messi intranquiliza en el Camp Nou. Se reconozca o no influye claramente en el rendimiento del bloque y los resultados. ¿Lucirán galones Neymar o Luis Suárez? ¿Deberá Iniesta imponer su liderazgo?

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