Cuesta destacar a un futbolista que solo jugó a un nivel aceptable durante la primera media hora del partido, pero con eso le bastó para ser el jugador más destacado del Real Mallorca. A su alrededor solo hubo indolencia y mediocridad.
Moutinho encendió la luz en los primeros compases del encuentro, desbordando por la banda y proyectando precisos centros al área que sin embargo nunca encontraron rematador. Esas aproximaciones metieron en un brete a un Huesca que temblaba cada vez que el portugués cabalgaba por la línea de cal. Los presagios no eran malos, pero una vez más se impuso la realidad y desnudó a un Mallorca inanimado. Con el paso de los minutos el luso fue diluyéndos y es muy probable que el regreso de Brandon le devuelva al banquillo.