Vaya por delante que el mallorquinismo, y me incluyo, debería agradecer a Utz Claassen que se haya gastado un par de millones de euros en mantener vivo este club, cuando históricamente ha sido imposible conseguir la implicación de los isleños -salvo excepciones reseñables- para hacer del Mallorca uno de los fijos en Primera. El Mallorca del alemán ya tiene cara y ojos y es una apuesta completamente renovada con respecto a la pasada Liga. Quince incorporaciones y dieciséis salidas dejan bien a las claras que lo que se ha hecho con la plantilla es algo más que un lavado de cara, es una revolución total en el año del Centenario, con la meta del ascenso como objetivo prioritario. El rostro del alemán al cierre del mercado reflejaba felicidad por el trabajo hecho y confianza en que tiene un grupo ambicioso que puede conseguir lo que el club les propone. Ha sido un diseño en el que Claassen se declara corresponsable, al mismo nivel que Nadal o Ferrer ."Son fichajes de todos, consensuados. Unos propuestos por mí y otros por ellos". Habrá que fiarse de que el criterio del alemán sea tan bueno como el de su técnico y el de su director deportivo. Uno lleva más de 50 años viendo partidos de fútbol y no sé si me atrevería a poner mi opinión sobre las cualidades de un jugador o las aptitudes necesarias que debe tener para cubrir una determinada posición en el campo al mismo nivel de credibilidad que el de alguien como Nadal o Ferrer, que lo han ganado casi todo en este deporte. Tampoco grandes plantillas ni grandes nombres aseguran un ascenso a Primera. Dalmau, por hablar de un caso, tuvo equipos extraordinarios con nombres como Stosic, goleadores como Milojevic y Juan Sánchez (45 goles entre ambos) y se quedó siempre a las puertas de subir. Beltrán -o Asensio- lo lograron tras una agónica promoción pese a contar con futbolistas como Stankovic, por solo citar uno, mientras que Serra Ferrer, triunfador como técnico, no fue capaz a lo largo de estas últimas temporadas de dar con la tecla y confeccionar un grupo para recuperar la categoría. Vista la experiencia, solo cabe pedir que el equipo esté vivo en la lucha hasta el final. Si se consigue todos habremos ganado. Si no, el que más habrá perdido será Claassen.
