­"Se puede entender que el rival sea mejor que tú, pero no que tenga más actitud", decía un miembro del Consejo de Administración del Mallorca ayer al analizar la derrota en Alcorcón (2-0). Lo que más dolió fue la imagen que ofrecieron los pupilos de Albert Ferrer en el estreno liguero, con graves errores defensivos y con una absoluta falta de ideas a la hora de crear juego. Sin ir más lejos, los bermellones fueron incapaces de meter miedo al conjunto alfarero, al que le bastó con dos zarpazos para quedarse con los tres primeros puntos en juego de la temporada.

En una campaña tan importante como la del Centenario, en la que todos los protagonistas no se han escondido a la hora de fijar el ascenso a Primera División como único objetivo, duele una puesta en escena tan espantosa. De ahí que en el club exista preocupación ante la posibilidad de que se repita un inicio de temporada tan malo como el de los últimos dos años, cuando tiró por la borda todas las ilusiones al decepcionar en los dos primeros meses de competición. No obstante, el duelo ante la Ponferrafina este sábado es una buena opción para quitarse el terrible sabor de boca que le quedó al mallorquinismo en Santo Domingo.