Nada menos que seis centrales tiene el Mallorca y a pesar de ello habría que buscar uno más. Agus sería el quinto, por detrás de Aveldaño, Tobías, Gomes y Truyols. O el sexto, si colocamos por delante a Kasim, aunque parece que no cuenta mucho. A pesar del número, sólo el argentino ofrece algo de confianza, ignoramos si precipitada o imprudente, porque ni el alemán, ni el brasileño y mucho menos el mallorquín despejan dudas. Tal y como pintan las cosas, Ferrer se expone a tener en plantilla hasta siete jugadores en esta demarcación. Sin duda, un exceso.
El déficit cualitativo en la zaga se prolonga al centro del campo, donde Javi Ros y Damià pugnarían por llevar las riendas del equipo, limitado el primero y en formación el segundo, a la par que únicamente Yuste ejerce en esta parcela labores de recuperación. Pereira, Brandon, Moutinho y Arana garantizan competitividad en las bandas siempre que las lesiones respeten a este último, porque Lima parece del mismo color que el cítrico de su mismo nombre.
Su compatriota Luis Felippe tampoco apunta a titular ni por asomo. Al contrario, dicen que tiene todas las papeletas para salir cedido o tomar ficha del filial. Eso circunscribe las posiciones más adelantadas a la competencia entre Acuña, Coro, Fofo, Cedric y Joselu, con desventaja para los tres últimos siempre y cuando el club no sorprenda con un refuerzo de última hora. Otra vez más cantidad que gol.
Desde esta perspectiva particular habría una cierta descompensación en la medular. La falta de pólvora acusada en la pretemporada tiene relación con la poca asistencia recibida por los delanteros. Nada imposible de solventar si se pone el debido empeño. Y el dinero, claro.
