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Análisis

No basta con sudar la camiseta

Con Tobias, la nómina de centrales del Mallorca asciende a cuatro, mientras no se marche Truyols y se afiance, o no, el brasileño Gómes. Suficiente en cantidad, pero la Liga es muy larga y no hay que descartar a Kasim por si las moscas. No se sabe si desde la dirección deportiva se da por cerrada la plantilla. Yo no lo haría y dejarse llevar por lo poco que se ha podido ver durante la vigente pretemporada sería imprudente e incluso puede que temerario.

No hemos contado a Agus, todavía sin equipo y, por lo tanto, futbolista con derecho a trabajo y dorsal. A Cendrós le salen novias por el norte, dicen que Lugo u Oviedo, pero el club se ha equivocado con él y lo que habría sido un acuerdo sencillo, se ha intrincado más de lo normal. Extraño silencio de aquellos que jalearon su fichaje y hacen mutis por el foro en su despedida.

El Chapi Ferrer promete lucha desde el minuto uno. Particularmente no concibo a ningún profesional que no lo dé todo sobre el terreno de juego. Johan Cruyff no dejaba de recordar que es el balón el que debe correr y a veces confundimos el desánimo con la desidia, la falta de técnica con apatía o el desentedimiento con insolidaridad. Al perdedor, y el Mallorca lo ha sido crónico estos últimos años, se la atribuye falta de intensidad para resumir lo que seguramente atiende a otras razones.

La entrega y el afán de superación exigen virtudes adicionales. La competitividad es inherente a la práctica simple de cualquier deporte, mucho más si no hablamos de amateurs. Digamos que es lo mínimo exigible, pero sin orden ni concierto no basta con sudar la camiseta. Y este es el reto, conjugar el esfuerzo, obligatorio, con el talento, más difícil de encontrar.

Más allá de las prestaciones que venga a ofrecer Javier Acuña, la experiencia de Lucas Aveldaño y la ilusión de los más jóvenes, se echa de menos, en una primera y precipitada lectura, más pólvora y una batuta firme. Ningún rival de Segunda División jugará como el Herenveen, que no puede servir de referencia. Y el primero en saberlo es precisamente Albert Ferrer.

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