Gai Assulin es el único superviviente de los fichajes efectuados durante el breve reinado de Aouate. Una estrella que se quedó en el camino, pero que quizás sea recuperable antes de que emprenda el camino fugaz de las que se apagan. Sería una buena noticia para este Mallorca que no anda sobrado de potencial ni imaginación, y un primer tanto a anotar en el haber del Chapi Ferrer.
En el contrapeso de la balanza siembra algo de preocupación la pequeña plaga de lesiones, en cierto modo lógicas en pretemporada. La más inquietante la de Arana, un futbolista de peso que a lo largo de su historial ha sido poco respetado por diversas molestias que han lastrado su indudable calidad. Un contratiempo que el equipo ya acusó la temporada pasada.
Cada entrenador impone su método. El jueves me recordaban que Héctor Cúper no tenía el menor reparo en alinear desde el primer partido, en Kossen, al equipo base. Otros prefieren ensayar con cambios constantes. En el presente no queda otra, habida cuenta de la cantidad de jugadores que se han desplazado para someterse a unas pruebas que, por ahora, sólo ha pasado el joven defensa central alemán. O eso dicen.
Es difícil ahora mismo aventurar una propuesta de once tipo. Aún falta cubrir demarcaciones básicas, tanto en defensa como en la línea media, para configurar una alineación. Si se va Truyols será necesario otro defensa central y tampoco hay competencia en el lateral zurdo, donde únicamente cuenta Oriol. Más aseados los carriles, donde rivalizan Pereira, Brandon, Moutinho e incluso Joselu circunstancialmente. En general se echa de menos una estructura más sólida y menos experimental, lo que no es óbice para que mejore el perfil en las próximas semanas.
El aspecto más positivo es que esa parte de la casa se ha empezado a construir en tiempo y forma. Un arma de doble filo si la temporada empieza mal. Pero no adelantemos acontecimientos. Sería como saborear un melón antes de haberlo sajado. Grave error.
