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La libreta

La solución está muy cerca

Hay un montón de empresas, algunos partidos políticos y también clubs de fútbol especializados en despreciar a los suyos. Podría poner bastantes ejemplos pero el de Pep Alomar es un caso paradigmático que viene como anillo al dedo.

Aún no se sabe por ni para qué o en beneficio de quién, Miguel Ángel Nadal tomó la decisión, en su estreno como director deportivo, de confiar el primer equipo a Miquel Soler en perjuicio de Olaizola. Al menos tuvo el buen gusto, eso sí, de dotarle de un preparador físico más sabio que el Nanu para dirigir los destinos del Mallorca.

El pobler había triunfado en el filial, donde todos han fracasado, y participado en la permanencia de los mayores. Aprendió fundamentalmente de Serra Ferrer que, le pese a quien le pese, ha sido el mejor técnico que ha dado esta tierra.

Tras más de dos meses trabajando sin contrato, ni perspectiva de firmarlo en tiempo y forma, lo cual ya constituía de por sí una gravísima desconsideración, aquel cuerpo técnico recibió una propuesta sonrojante e inaceptable que indujo a Alomar a poner pies en polvorosa, mostrando más dignidad y coherencia que sus compañeros.

Ahora, cuando se ha impuesto un 'cásting' vergonzoso, nadie se ha vuelto a acordar de este hombre de la casa. Quizás para no someterle a una nueva oferta humillante. Pero yo creo que el desconocimiento adquiere proporciones indescriptibles desde el convencimiento de que en la isla hay profesionales capacitados para sentarse sin complejos en el banquillo de Son Moix. Nunca se les ha dado una oportunidad, igual que se le niega una vez más a Pep Alomar. Puede que Utz Claassen entienda el club desde tales postulados. Yo lo interpreto de manera muy diferente y creo que lo que queda del mallorquinismo también.

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