Philip Bramley, el padre del joven Paul residente en Santa Ponça y fallecido en la catástrofe de los Alpes, arremetió contra Lufthansa y eludió culpar al copiloto Andreas Lubitz del desastre. "Las compañías aéreas debería ser más transparentes y contar con los mejores pilotos profesionales. Ponemos nuestras vidas y las de nuestros hijos en sus manos", señaló en unas emotivas declaraciones al diario alemán Bild.
"Los motivos de una persona enferma a los mandos del avión son irrelevantes. Lo verdaderamente importante es que tal cosa no debe volver a ocurrir", abundó Bramley en los Alpes franceses.
"No quiero que Paul sea olvidado nunca. Mi familia y yo le visitaremos aquí siempre", subrayó el progenitor del joven de 27 años fallecido en la catástrofe.
Las autoridades francesas están abriendo un camino terrestre hacia el lugar del accidente del avión de Germanwings el pasado martes, para facilitar las labores de rescate, informó ayer el fiscal francés Brice Robin en declaraciones a medios franceses. Se espera que un camino transitable para vehículos todoterreno esté listo antes de la noche de hoy lunes.
Por otro lado, el papa Francisco recordó ayer a las víctimas del accidente de avión de Germanwings en el que murieron 150 personas, al inicio de la Semana Santa.
El pontífice argentino ofició la misa de Domingo de Ramos en la plaza de San Pedro del Vaticano. Decenas de miles de peregrinos acudieron a la ceremonia que recuerda la entrada de Jesús en Jerusalén.