En la instalación de la recogida neumática de Palma debía entrar "cero vidrio". Así lo afirmó ayer José Ramón Casado, el abogado de Envac Iberia, una de las dos empresas que instaló en el centro histórico de la ciudad el sistema de recogida de basuras que en mayo de 2012 dejó de funcionar.

El juicio civil sobre la recogida neumática quedó ayer visto para sentencia tras cinco intensas sesiones. La compañía municipal Emaya (la demandante) mantiene la pretensión de que las constructoras denunciadas (Envac Iberia y Urbaser) les indemnicen con 26,5 millones de euros porque la instalación solo funcionó durante diez de los treinta años para los que estaba diseñada.

Durante la vista de ayer, el letrado de Envac sostuvo que la recogida neumática no estaba preparada para que lanzaran vidrio. El abogado acusó a Emaya de ser responsable del mal uso por parte de los vecinos del centro histórico. "El propietario de la instalación [Emaya] tiene que cuidar que los ciudadanos metan el vidrio en los famosos iglús", apuntó.

Envac manifestó una vez más que Emaya no realizó el mantenimiento correcto del sistema de tuberías subterráneas y buzones, lo que aceleró la muerte de la infraestructura.

La instalación costó más de 21,5 millones de euros a las arcas de Emaya. La empresa palmesana reclama 26,5 millones en concepto de indemnización por tres motivos: la inversión realizada, las reparaciones y el sobrecoste por la retirada prematura de los buzones de basura.

Envac planteó ayer que la petición de Emaya podría constituir un fraude de ley. En su opinión, Emaya pretende recuperar todo el dinero pagado por las obras y quedarse con las tuberías y la central de recogida situada bajo la Costa del Gas. "En un caso idéntico, el Tribunal Supremo desestimó íntegramente la demanda porque estaba mal planteada", indicó el abogado Casado.

"Nosotros defendemos que el sistema es recuperable y que se abandonó voluntariamente por parte de Emaya. La instalación completa no estaba en estado de ruina: solo 1,1 de los más de 12 kilómetros de toda la red", adujo la defensa de Envac Iberia.

Sobre el material utilizado para las tuberías, uno de los elementos más cuestionados durante el juicio, Envac afirmó que "una de las funciones de la dirección de la obra era controlar la calidad y tipo de los materiales". El director de obra, el trabajador de Emaya Antonio Obrador, se declaró el primer día de juicio incapaz de saber si los trabajos estaban bien ejecutados, pese a ser ingeniero de caminos. La compañía aseveró que, de las 69 instalaciones construidas en el sur de Europa, solo ha tenido problemas la de Palma.