La sustitución de Eusebio Sacristán no ha frenado aún la caída libre del Barça B, que roza las posiciones de descenso. La principal preocupación de quien le relevó, Jordi Vinyals, se centra en taponar la enorme vía de agua de una línea defensiva que ya en Palma, en la primera vuelta, puso de manifiesto su enorme fragilidad. Y es que el filial blaugrana ha encajado sólo dos goles menos que el equipo más acribillado de la categoría, el colista Sabadell, aunque más de la mitad de ellos los ha recibido fuera del Mini Estadi.
No es discutible la calidad de los jóvenes que forman en tan selecta plantilla, pero si acaso sufren una considerable pérdida en conceptos como la solidaridad y la disciplina táctica por las que pagan una factura desproporcionada en relación a las virtudes técnicas que poseen o se les supone.
Miquel Soler se ha sometido voluntariamente a una reválida semanal. El examen consiste en probar que su método es tan bueno dentro como fuera y válido frente a cualquier enemigo. Para esta tarde sufre importantes cambios en la línea de zagueros que apunta a los que jugaron ya en Huelva, quizás con la duda del lateral zurdo. Luego está por ver si repetirá con Marco Asensio en banda, igual que en el Nuevo Colombino, o empezará sin tocar ni el centro ni el ataque utilizados el sábado pasado.
El calendario inmediato ha sido propicio al Nanu. Sus tres primeras pruebas le han enfrentado a rivales en franca descomposición. Se espera una reacción de su anfitrión de hoy, pero más por su nombre que por su presente trayectoria.
