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Reportaje

Mayores en paro: La odisea de encontrar un trabajo a los 50

La Asociación de Mayores Parados por el Empleo de Balears agrupa a más de 500 socios. Son personas mayores, la mayoría han cruzado la frontera de los 50 años, que intentan no ser expulsados del mercado del trabajo.

Ante la difícil situación que están viviendo los parados se han unido en AMPEB para reclamar un trabajo digno. Guillem Bosch

Elisa Carmen de Toro, 54 años; Miguel García, 58 años, y Gustavo di Pietro, 58 años, son la vicepresidenta, tesorero y secretario de la AMPEB, la asociación que integra a los parados mayores de las Islas. Los tres están en el dique seco, expulsados de su trabajo a pesar de ser profesionales suficientemente cualificados. Elisa Carmen domina tres idiomas: inglés, alemán y francés, y se las tiene que ver con una situación muy precaria. De Miguel García, dedicado a la hostelería en cargos de nivel medio, puede decirse otro tanto, mientras que Gustavo di Pietro, de nacionalidad italiana, ha visto cómo su trabajo en el sector del transporte saltaba por los aires, se quedaba, al igual que sus compañeros, a la intemperie, con unas perspectivas de volver a ejercer alguna actividad bastante inciertas. Los tres argumentan que son los "grandes olvidados" de las administraciones públicas, opinan que nada se hace para que tengan al menos una oportunidad de volver a formar parte de la que se denomina población activa.

Miguel García, con 15 meses en el paro, asegura que los objetivos de su asociación son los de poner a disposición de los mayores de 45 años puestos de trabajo "decentes", que estén en consonancia con la valía de la inmensa mayoría de los asociados a la AMPEB. "Lo que queremos -resalta- es dar visibilidad a nuestras reivindicaciones, que quienes nos representan lleven a la Unión Europea nuestras demandas, que se aprueben las ayudas imprescindibles para que los empresarios vean que contratar a personas de nuestra edad les sale a cuenta".

García tiene muy claro que no está dispuesto a aceptar cualquier trabajo que le ofrezcan. "Soy un profesional cualificado, y por lo tanto tengo decidido que no me puedo humillar aceptando un trabajo de media jornada con un sueldo de miseria, salarios que no son los estipulados en nuestros convenios". "No se puede asumir que un empresario te ofrezca una plaza en la que trabajas horas y horas, muchas más de las que están reglamentadas, sin ni tan siquiera cobrarlas". Añade que se considera una persona "capaz de aportar mucho más a la empresa que me contrate, por lo que exijo cobrar lo que profesionalmente merezco".

El colectivo AMPEB expuso a la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma sus problemas e inquietudes.

El tesorero de AMPEB no percibe el subsidio de paro sino que únicamente dispone de los 426 euros que da el Gobierno a quienes no tienen otra prestación. Dice que no tiene a nadie a su cargo, destacando que se quedó sin el subsidio de paro, porque "me arriesgué a ser un emprendedor en 2008 montando una cafetería en Palma, que no funcionó". "El problema -prosigue- es que me endeudé creyendo que podría resistir, que al final saldría adelante, pero desgraciadamente no ha sido así y ahora, después de pagar la cuota mensual al banco, me quedan 125 euros para vivir". A la pregunta de cómo lo hace para subsistir responde que "voy echando mano de las reservas que todavía me quedan". ¿Qué hará cuando se acaben? Miguel García explica que pondrá en marcha ´el plan B´ consistente en vender algunas "pequeñas propiedades", y afirma, categórico, que "estoy convencido de que en poco tiempo conseguiré encontrar un trabajo digno, uno que esté en consonancia con mis capacidades".

Asegura que no ve "por ninguna parte" la recuperación económica que pregona el Gobierno del presidente Rajoy. "Francamente -dice-, no la veo por ninguna parte y tampoco la vislumbran en mi entorno". "Es una recuperación que tal vez se esté notando en algunos sectores -añade-, pero que a nosotros no nos ha llegado, y así se pone de manifiesto en las citas que semanalmente tenemos en la asociación, donde comprobamos que, al revés de lo que se nos asegura, la situación se está agravando, porque algunos de nuestros asociados llevan ya cuatro años sin encontrar trabajo, lo que hace que el estado de ánimo colectivo sea bastante malo". Hecha esa taxativa declaración prosigue diciendo que "además, estoy percibiendo que se incrementa la crispación ante la ausencia de resultados". "Alguien tiene que hacer algo, lo que sea necesario -reitera- para que podamos tener la esperanza de que en algún momento retomaremos nuestras vidas con una cierta normalidad".

Si se quiere conocer su opinión sobre los políticos no se anda por las ramas."Quisiera creer que están haciendo algo, que quienes nos gobiernan están haciendo lo necesario para progresivamente solventar la situación, resolver los problemas negociando con los empresarios lo que haya que negociar para que estos, a su vez, creen puestos de trabajo, pero vemos que lo que se ha llevado a cabo hasta ahora no ha dado ningún resultado, no ha funcionado". "Puede que sea mucho más efectivo que la limosna que nos dan se destine a incentivar a los empresarios para que creen trabajo digno", argumenta. Concluye advirtiendo que tiene decidido ir a votar en las elecciones que están por venir: "quien más nos ayude contará con mi voto", declara, añadiendo que "de momento no tengo motivos para fiarme de lo que prometen".

Elisa Carmen de Toro no es tan tajante como su compañero en lo referente a aceptar o no el trabajo que le ofrezcan. Dice que "estoy dispuesta a hacer cualquier trabajo mínimamente decente", asegura, precisando que "el drama lo tenemos debido a que no nos dan ninguna oportunidad". "Lo que pedimos -implora- es que se nos escuche, que se den cuenta de que podemos aportar muchas cosas, muchas más de las que se imaginan, dado que estamos en plenitud de nuestras capacidades, tenemos experiencia y tantas ganas de trabajar como el que más". La vicepresidenta de la asociación, después de resaltar que domina con soltura inglés, alemán y francés, manifiesta que ha trabajado de camarera, ha estado en el aeropuerto y en el casino, ha sido contratada por horas, ha hecho lo que le han ofrecido y así y todo no hay forma de que se le ponga por delante un "trabajo decente". "Subsisto gracias a mi marido que trabaja de autónomo -dice-, me ayuda a mí y a dos de nuestros hijos que también están en paro". Un tanto desesperanzada declara que "parece que a mi edad, y pese a mis conocimientos, solo sirvo para ejercer de abuela, que no es que no me satisfaga, que lo hace y mucho, pero tengo un bagaje profesional que me permite seguir estando plenamente activa y por la lamentable situación por la que atravesamos no lo puedo hacer".

No se ven los resultados

Opina que el Gobierno no hace lo que debería, "porque está muy claro que no se ven los resultados-aduce-, parece que no piensa para nada en nosotros, en las personas mayores que nos vemos en la situación de estar en paro y sin perspectivas de volver a trabajar, y eso que algunos de los ministros tienen una edad similar a la nuestra, pero por lo que estamos viendo son incapaces de entender lo que nos sucede". "Queremos que se sepa que estamos abandonados", sentencia. Añade que es posible que "antes de las elecciones pongan en marcha alguna iniciativa, pero de nuestro colectivo me parece que muy pocos votos van a obtener, y eso que ponen la excusa de que en toda Europa la situación es la misma". "Hemos llegado a tal punto -prosigue- que no me creo ninguna promesa de los políticos; no queremos palabras sino hechos".

Los parados de AMPEB se reunieron con el consorcio de Transportes para pedir descuentos en los pasajes. AMPEB

En cuanto a si vislumbra la recuperación es tan taxativa como Miguel García: "no la veo por ninguna parte, puesto que el paro solo baja un poco por Navidad y en verano, además de que el trabajo que se ofrece está muy mal retribuido", afirma. Miguel García interviene para insistir en su mensaje más optimista: Quiero ser positivo, intento serlo -señala-, porque tengo el propósito de seguir luchando, no pienso rendirme, seguiré haciendo lo que sea preciso para encontrar un trabajo decente". Su compañera abre una rendija a la esperanza al decir que confía en que "este año por fin encontraré algún trabajo".

Vuelve a terciar Miguel García para precisar que "hemos pasado a tener la segunda tasa de desempleo más alta de Europa, y estamos viendo que la clase media progresivamente está desapareciendo, por lo que cada día somos más pobres". "Y los ricos son cada día más ricos y los pobres más pobres, es lo que estamos viendo en España", sentencia Elisa.

Gustavo di Pietro acumula dos años y medio en el paro. Este ciudadano de la Unión Europea, con pasaporte italiano, ha trabajado en el sector del transporte y ahora, en Mallorca, se ha involucrado a fondo en la asociación. Está decidido a que en febrero se ponga en marcha la cooperativa que han fundado dedicada a promocionar la inserción social y los servicios. "Las noticias que me llegan de Italia -dice- ofrecen un panorama similar al existente en España, aunque hay menos paro, pero no cuentan con una clase dirigente legitimada en las urnas, porque quienes gobiernan no han pasado por unas elecciones".

Di Pietro desconfía, al igual que sus dos compañeros, de los políticos en general, aunque concede que "el político que parece tener más sentido común es Pablo Iglesias, al menos sus palabras son muy sensatas, aunque también es verdad que los discursos de los políticos guardan una distancia proporcional a la que les separa del poder". En cuanto a la asociación el secretario de la misma asegura que "no está formada por un colectivo de personas que hayamos adoptado una actitud pasiva; no estamos aguardando que nos llegue la limosna del Gobierno, sino que queremos desarrollar todas las actividades que nos lleven a encontrar un puesto de trabajo adecuado a nuestras actitudes, y por ello queremos poner cuanto antes en servicio nuestra cooperativa, queremos que a través de la misma la inserción social sea una realidad y que podamos ofrecer servicios adecuados a la gente, esa es nuestra máxima aspiración".

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