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Entrevista

Monti Galmés: "No me da miedo quemarme"

Monti Galmés, el pasado martes cuando fue presentado como vicepresidente. tooru shimada

-¿Va a ser un vicepresidente institucional o será el presidente real?

-Lógicamente seré un vicepresidente institucional. El presidente real es Utz Claassen.

-Usted es un empresario turístico. ¿Le ha pedido Claassen alguna iniciativa para que el club genere ingresos relacionados con el turismo?

-En un inicio aportaré lo que pueda dando opiniones y asesorando con el objetivo común de que el Mallorca recupere la imagen que le corresponde y que pueda volver a subir a Primera, sobre todo el año que viene, que es el del Centenario. Ese es el acuerdo que tengo con el máximo accionista. Trabajo en otra empresa y no le puedo dedicar exclusividad al Mallorca. Y además el club no está para pagar nóminas.

-Entonces su trabajo en el Mallorca no será remunerado.

-Lógicamente no.

-¿Qué harán para detener la sangría de espectadores en Son Moix?

-Hemos discutido varias cosas sobre este tema y hay una lista de ideas que existen desde hace años. Vamos a desempolvarlas y aportar otras ideas que tengo yo. El Mallorca es una sociedad privada, pero a diferencia de otras los clientes son los socios y hay una carga emocional. Tenemos que tener en cuenta que todo lo que hagamos lo haremos para socios y aficionados. Se trata de llenar el estadio y después será más fácil firmar contratos con patrocinadores. Y cuanto más ingresemos, más dinero tendremos para comprar jugadores. Es la pescadilla que se muerde la cola. Mi lema es 'Todos juntos'.

-Claassen siempre ha tenido en la cabeza llevar a turistas a ver los partidos de Son Moix. ¿Con usted metido en el proyecto ese plan está más cerca de ser realizable?

-Seamos realistas. Los turistas van donde tienen ganas de ir, no donde les digamos que vayan. Y motivarlos para ir a Son Moix es difícil porque no les podemos ofrecer un espectáculo que les ligue emocionalmente. Ahora mismo el Mallorca, internacionalmente, es muy poca cosa. Hay que ir paso a paso, ir subiendo escalones y si conseguimos un equipo con un jugador alemán o uno inglés ayudaría a llevar turismo al estadio. Pero hay que convencer a la gente de Palma y de la Part Forana, que son los que han querido al Mallorca desde siempre.

-¿Pero recomendará que se fiche a algún futbolista inglés o alemán?

-No se trata tanto de comprar alemanes o ingleses, sino de que aporten algo al equipo. La imagen es importante, pero lo son más los resultados, no es solo un tema de nacionalidad. Miquel Àngel Nadal es el director deportivo y es él quien hará las recomendaciones. Aunque eso no significa que los demás no podamos aportar ideas."Me ha entristecido ver que gente que se sentaba cerca de mi localidad ya no venía al estadio"

-En el club ya es casi una tradición que todos los propietarios se planteen quitar las pistas de atletismo de Son Moix. ¿Ustedes también lo tienen sobre la mesa?

-Cualquier mallorquinista tiene eso entre ceja y ceja. Con las pistas no hay ambiente de fútbol. El tema de volver al Lluís Sitjar está prácticamente visto para sentencia, pero reformar Son Moix sí es factible. Aún no conozco los detalles de la relación con el Ayuntamiento, pero todo es negociable. Lo lógico sería seguir en Son Moix adecuándolo para que sea un estadio de fútbol acercando las gradas laterales y eliminando las pistas. Hay diferentes soluciones que los arquitectos conocen mejor que yo. Soy el primero al que le gustaría eliminar las pistas, pero también hay que tener en cuenta que hará falta una inversión importante. A día de hoy el aficionado tiene que volver y animar.

-¿Usted será el enlace con las peñas? Lo pregunto porque Claassen no es muy popular...

-Claassen tiene las ideas claras y una gran formación que le ha convertido en un ejemplo en Alemania en el campo económico. Su modo de pensar es diferente de los demás. Además no es español y no se expresa tan fácilmente, por eso a veces tenemos que interpretar lo que dice. Yo le intentaré ayudar en temas de comunicación. Y sí, me relacionaré con las peñas.

-¿Le ha dicho alguna vez a Claassen que se equivocó cuando dijo que la manifestación de las peñas solo representaba a un 0,2 por ciento de la población de la isla?

-No se equivocó. Él es matemático y matemáticamente hablando no se equivocó. Pero son cosas que dichas de cara al público no son aconsejables. Seguro que no lo dijo con la intención de molestar a nadie.

"Yo también me ilusioné con el proyecto de Serra, nunca pensé que las cosas acabarían así"

-¿Es usted algo así como la cara amable del proyecto?

-No tengo que venir aquí para eso. Estoy para ayudar. No para poner problemas, sino todo lo contrario. No me aburro, tengo aficiones suficientes, pero me ha hecho mucha ilusión formar parte de todo esto.

-¿Cómo llegó Claassen a usted?

-Le conozco desde hace años y voy a Hannover de vez en cuando. Nos hemos visto bastantes veces, él viene por el Robinson y a veces le he dado opiniones. Me lo pidió y me hizo mucha ilusión, aunque a mí mujer no tanta (risas).

-Son muchos los directivos que han pasado por el club en los últimos años y han salido quemados.

-Tengo una edad y experiencia en el mundo empresarial. Me sé amoldar a las personas, aunque eso no significa que yo sea una persona fácil. Pero siempre que haya un respeto mutuo, nunca habrá problema. Si yo veo que mi trabajo no es eficiente, me lo replantearé, aunque no me parece oportuno hablar de esto un día después de haber sido nombrado. No tengo miedo de quemarme.

-¿Desde cuándo es socio del Mallorca?

-He vivido bastantes años fuera de la isla. Pero he sido socio desde 1998 de manera ininterrumpida.

-¿Es de los que va cada domingo al estadio?

-Cada domingo. Y me ha entristecido mucho ver que gente que se sentaba cerca de mi localidad ya no venía al estadio. Pero es normal porque no había química entre el club y el socio, es una reacción lógica cuando el cliente no se siente querido. Eso no puede ser, la gente quiere venir al fútbol a disfrutar, aunque ya sabemos que no siempre se gana. Por su parte, los jugadores tienen que demostrar emoción y lucha, devolver algo al espectador. Y la directiva tiene que hacer que el aficionado se sienta querido y respetado.

-Algo que ha enfadado muchísimo a la afición es ver un palco vacío de directivos.

-No es un palco cómodo (risas). Hablando en serio, eso no tiene que volver a pasar nunca más. Yo a lo mejor preferiría seguir yendo como aficionado, pero estaré donde me digan. El palco tiene que volver a llenarse y se tienen que volver a hacer relaciones públicas. Ya sé que un partido contra el Mirandés no es un menú de cinco platos y un buen vino, pero tenemos que animar a la gente a venir a Son Moix.

-¿También acompañará al equipo en los desplazamientos?

-Claassen viaja mucho a Alemania porque es profesor y si no puede desplazarse él, nos pondremos de acuerdo. Al equipo no podemos dejarlo solo, siempre tiene que estar arropado. Si no, nos tiramos piedras contra nuestro propio tejado.

-Imagino que cuando iba a Son Moix usted no era de los que gritaban 'Directiva dimissió'.

-Yo no, pero entiendo que mucha gente lo hiciera porque los directivos se lo merecían. Hablo de cómo estaba la institución, desde luego no era un ejemplo. Que los socios no estuviesen de acuerdo con lo que sucedía es legítimo y lógico.

-El aterrizaje de Serra Ferrer en el Mallorca hace cuatro años y medio generó una ilusión prácticamente unánime y mire cómo ha acabado.

-Yo también me ilusioné mucho con la llegada de Serra y en aquel momento no podía esperar que las cosas acabaran así. Pero prefiero no hablar de este tema porque es pasado y no me parece oportuno. Tengo mis aficiones, me gusta cuando las empresas tienen buenos resultados, que es su función principal, tengo las ideas bastantes claras.

-Parece que Claassen se resigna a la permanencia. ¿No se le debe pedir al Mallorca pelear este año por el ascenso?

-Es que el presidente tiene que ser un poco cauto con lo que dice. Claro que me haría ilusión subir este año, pero tenemos que admitir que ahora mismo esta meta es un poco difícil. Ya veremos qué sucede. Si se gana el domingo al Mirandés habrá alegría y tres puntos más. El capítulo deportivo está en manos de Nadal, que nos da un baño en temas de fútbol.

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