Repasemos las citas.

Miguel Ángel Nadal: "Lo que se sobre la operación del traspaso de Marco Asensio al Real Madrid es a través de mi sobrino Rafa". Dicha intervención ha sido divulgada igualmente a través de emisoras de radio en programas de cadena, diarios deportivos o particulares como el exagente José María Minguella. El innombrable presidente del Mallorca: "Se le ha trasladado la información al director deportivo". Pues parece ser que no.

Utz Claassen: "Miguel Angel Nadal está estudiando la operación". Pues parece ser que tampoco.

Eduardo Valdivia: "El presidente se ha negado a informar al Consejo sobre la negociación de la transferencia de Marco Asensio". ¿Presunto delito? La relación entre los consejeros del Mallorca y los Tribunales parece que va a ser más larga que algunos matrimonios.

Valery Karpin: "El jugador está descentrado. Muchos buitres vuelan a su alrededor".

El opinador, o sea yo mismo, no añade ni una sola coma. Todo cuanto se ha dicho se ha publicado, con mejor o peor intención e interpretación, pero no ha salido de ningún laboratorio de inventos. Si algo ha demostrado el técnico ruso, indebida y prematuramente situado al frente de la selección de su país con las encuestas de un periódico entre sus lectores como única fuente, es no tener pelos en la lengua, ni miedo a su destitución. Ha tenido que pasar parte de la semana al cuidado del joven internacional y futuro jugador del Real Madrid, desestabilizado emocionalmente por las oscuras maniobras de este grupo de impresentables que ocupan, nunca mejor dicho, la planta innoble de Son Moix.

Una pregunta flota en el ambiente y deberían responderla desde el Real Madrid que tanto ama el sobrino del tío, en pleno ejercicio de su derecho: ¿quién en nombre del Mallorca viajó a Madrid para entablar las pertinentes conversaciones? La evidencia de este secreto a voces revelaría interesantes conclusiones. Y graves, muy graves.