­El juicio por la demanda de acción social de Utz Claassen contra Llorenç Serra Ferrer y Jaume Cladera por un desvío de ocho millones de euros en la temporada 2011/12 quedó ayer visto para sentencia después de escuchar a los peritos. En sus conclusiones, los abogados dieron respuestas opuestas a dos preguntas clave: ¿Es admisible que un presupuesto sufra correcciones con la temporada empezada? ¿El desvío provocó un daño patrimonial en el club?

"El presupuesto solo puede ser uno y debe permanecer invariable. Es el que se aprueba en el Consejo de Administración y el del 26 de septiembre de 2011 se votó por unanimidad", valoró Julio Ichaso, letrado de Claassen, renegando del presupuesto confeccionado en noviembre siguiente para incluir los gastos derivados de la rescisión de Michael Laudrup y la contratación de Joaquín Caparrós porque a la postre implicaría "una menor desviación".

"Lo importante es saber por qué se produce la desviación. Adaptar el presupuesto a la realidad y evitar más gasto", defendió Julián Carnicero, abogado de Serra Ferrer y Cladera.

Durante la sesión se produjo una importante revelación: el desvío de aquella temporada no fue de ocho millones, sino de once, tal como puso de manifiesto el perito judicial Onofre Martorell, propuesto por la defensa de Claassen. El economista elevó la cifra propuesta en la demanda del alemán después de estudiar detenidamente los números de aquel ejercicio, pero en la cuestión clave del presupuesto se alineó con la tesis de Carnicero: "En mi opinión es mejor ir revisándolo. Prefiero ir ajustándolo para que me diga la verdad".

Fue más ambiguo a la hora de pronunciarse sobre el supuesto daño patrimonial causado al Mallorca. "Solo hemos estudiado los gastos, pero no hemos entrado en sí estaban justificados o no. Si lo estaban, no hay daño, pero para determinarlo habría que hacer otro estudio", aseveró Martorell.

El auditor José Franciso Balle recordó que su empresa lleva estudiando los números del Mallorca desde la temporada 94/95 y "siempre" se han producido desviaciones presupuestarias. "Todo depende de la marcha deportiva. Si el equipo no responde hay que cambiar al entrenador, fichar en el mercado de invierno..."

El economista advirtió "errores en la concepción del presupuesto" y puso como ejemplo la partida destinada a servicios independientes (honorarios de abogados y administradores concursales) en la que se presupuestaron 840.000 euros y el gasto real superó los 2,3 millones. O las provisiones, que preveían un gasto de 100.000 euros y acabó suponiendo un desembolso de 2,8.

"Actuaban fuera de control"

Ichaso fue muy duro con la gestión de Serra y Cladera en su alegato final. "Actuaban fuera de todo control del Consejo de Administración", expuso. "Si aumentan los gastos es evidente que hay un impacto patrimonial porque se reducen los fondos propios. Y de aquellos lodos, estos polvos. Ahora vemos cómo el propio Serra ha pedido una ampliación de cinco millones de euros", indicó.

Carnicero hizo una lectura opuesta: "En este juicio no se ha discutido si el gasto estaba justificado o no. ¿Y si el gasto no se discute, dónde está el daño?", se preguntó.