­ Biel Cerdà volvió ayer a manchar el nombre del Real Mallorca al protagonizar una situación del todo punto inimaginable. El presidente de la entidad mallorquinista huyó a la carrera después de que el abogado Eduardo Valdivia, en el Consejo en representación de Llorenç Serra Ferrer, mandó al también consejero Tolo Martorell a que avisara a la Guardia Civil tras ser descubierto falsificando la firma de su hijo, oficialmente consejero en representación de una de las sociedades de Cerdà.

Todo comenzó cuando al inicio de un Consejo en el que se debían aprobar unas actas de una reunión celebrada en marzo, Valdivia pidió la documentación que acreditara la representación de Utz Claassen, ayer ausente, y la del hijo de Cerdà. Este entregó al abogado penalista dos fotocopias escaneadas en lugar de los pertinentes originales, lo que provocó que el consejero de Serra Ferrer reclamara que se anulara el Consejo hasta que se solucionara la irregularidad. "Tengo el de mi hijo en el despacho, ahora lo traigo", contó Valdivia a este diario que le dijo Cerdà, que pidió permiso para ausentarse del Consejo. Unos cuantos minutos después regresó a la sala de juntas y le entregó al secretario lo que se suponía era el documento original exigido. "Ya podemos empezar", dijo Cerdà en calidad de presidente. "¿Cómo que ya podemos empezar?", respondió airado Valdivia, que le exigió la hoja al secretario. Fue entonces cuando comprobó que la firma de su hijo estaba falsificada. "¿A quién pretende engañar, Cerdà?", preguntó Valdivia.

Tras una fuerte discusión, y en ausencia de Valdivia y el secretario, que abandonaron momentáneamente el Consejo, Cerdà se quedó el documento falsificado y lo cambió por la fotocopia escaneada del principio. Tras informar de su maniobra, fue cuando Valdivia se dirigió a Martorell y le dijo: "Tolo, llama inmediatamente a la Guardia Civil". Cerdà cogió sus documentos y abandonó el Consejo a la carrera. Valdivia dijo a este diario que hoy interpondrá una querella contra Cerdà por falsedad en documento mercantil.