La quinta victoria consecutiva es una realidad. También lo es que el Real Mallorca se postula para todo. El grupo de Karpin logró en El Sardinero el triunfo más sufrido de los cinco que ha enlazado después de superar una segunda parte angustiosa en la que hubo que elevar considerablemente el listón defensivo para contener a un Racing que tiró de épica. Antes, en la primera parte, había aparecido Marco. Fabricó el gol que se apuntó Scepovic y brindó otra tarde triunfal a los bermellones.

Exhibió virtudes y defectos el Mallorca, muy desigual durante todo el encuentro. La primera mitad fue notable. Sin brillantez pero con mucha personalidad, los rojillos dominaron de cabo a rabo, sin concesiones a un rival desorientado.

Después del descanso tocó pelea. El terreno de juego se convirtió en un campo de batalla por el empuje de los locales, que merecieron un empate que buscaron con insistencia. Hubo que ponerse el mono de trabajo para conservar una victoria esforzadísima.

El grupo de Karpin acaba la jornada a las puertas de la promoción. Victoria a victoria, se han disparado las expectativas en torno a un equipo muy mejorado.

El Mallorca se concedió muy pocos momentos de flaqueza en los primeros instantes. El grupo de Karpin empezó animado y decidido a llevar las riendas del partido. Quiso la pelota y la tuvo. Han ganado atrevimiento estos futbolistas que, también lejos de Son Moix, juegan con el depósito de confianza lleno. Mérito de las cuatro victorias consecutivas que contabilizaban los bermellones antes de que empezara el choque de El Sardinero.

Muy bien sostenido atrás por Bigas y Kasim, el Mallorca empezó a percutir por las bandas. El mallorquín no conectó por poco un centro de Cendrós a los pocos minutos del encuentro.

El Racing aguardaba atrás, más pendiente de tapar a Marco que de elaborar. Tampoco el Mallorca estuvo fino en este capítulo. Bustos y Joao Víctor barrieron el mediocampo, pero van escasos de creación.

Del conjunto cántabro solo se vio algún chispazo, como un cabezazo de Koné que se marchó desviado. Pero peligro, solo generó el Mallorca. Como en una acción en la que Marco aprovechó un taconazo de Scepovic, dribló a dos zagueros y remató a la base del poste.

Fue el primer aviso del talento de Son Bibiloni, al que no hay quien pare cuando se pega la pelota a las botas.

Seguía insistiendo el Mallorca, menos incisivo en los últimos metros que otras ocasiones, pero mucho más organizado. En el otro lado, Cabrero apenas tenía noticias de los atacantes rivales.

Moría la primera mitad cuando Marco -siempre él- se zafó de dos rivales y descargó un zurdazo. La pelota volvió al poste, pero esta vez esperaba allí Scepovic para empujarla a la red. Del serbio se critica que sea un delantero demasiado estático, pero sabe situarse dentro del área como nadie.

El Racing adelantó líneas después del descanso y el Mallorca se replegó. Achucharon los santanderinos, obligando a los bermellones a redoblar los esfuerzos en defensa. Cabrero desvió a córner un potente disparo de Koné y el Mallorca respondió al contragolpe. Marco protagonizó un ´sprint´ hacia la portería de Raúl, pero el guardameta detuvo el disparo raso del mallorquín.

La acción del canterano fue un oasis. El Racing agobió buscando el empate y tuvo ocasiones claras para conquistarlo. Pero el Mallorca se ha aliado con la fortuna cuando las cosas se ponen feas. Bustos sacó en el área pequeña una pelota que había superado a Cabrero. Poco después una volea de Koné salió rozando el palo.

Ni al contragolpe podía responder el grupo de Karpin, que tiró de oficio y contundencia defensiva mientras subía la temperatura del encuentro. En los últimos minutos el público, muy enfadado con la actuación del colegiado, lanzó objetos al área de Cabrero. No dio para más el partido

El árbrito

Burgos Bengoetxea

Despedido con pañuelos

Pañuelos para el árbitro al final del encuentro. El Sardinero le recriminó ser demasiado permisivo con el juego duro del Mallorca.

Lo mejor

Cinco de cinco

Cinco triunfos consecutivos en una competición tan igualada obligan a replantear los objetivos. El Mallorca está lanzado y vende muy cara su piel, tal como se vio en la segunda parte cuando logró contener a un Racing lanzado. Los bermellones han encontrado la cura a todos los males que les aquejaron las primeras siete jornadas y aspiran a todo.

Lo peor

Pocas respuestas al final

El grupo de Karpin resistió a un Racing encendido en la segunda mitad, pero la victoria se explica por una mezcla de contundencia defensiva y fortuna. Los rojillos apenas pudieron dar dos pases seguidos.