Pedro Terrasa tiene la llave del cambio de propiedad en el Real Mallorca. Dudu Aouate trasladó ayer al accionista una oferta formal de 1,7 millones de euros por el 25 por ciento de sus títulos. Ese porcentaje le bastaría al israelí para hacerse con el control del club porque Serra Ferrer no acudiría a la ampliación de capital -pendiente de aprobarse- y por tanto Biel Cerdà quedaría en fuera de juego.

Sin embargo, todo está condicionado a la postura que adopte Utz Claassen, que tiene un 20 por ciento de las acciones. En el momento en el que Terrasa acepte la oferta de Aouate, se activará una cuenta atrás de diez días durante los que el alemán tiene derecho a igualar la oferta del israelí. En tal caso, Claassen acumularía un 45 por ciento de los títulos que únicamente le darían el control del club si acudiera a la ampliación de capital y Serra no lo hiciera.

Terrasa tiene 48 horas -hasta el mediodía de mañana- para responder a la propuesta de Aouate, que le ofrece el dinero en dos plazos: 850.000 euros en el momento de la firma, y los otros 850.000 antes del 15 de julio de 2015.

La prioridad del exdirector general general del club es vender a Claassen por la buena relación que mantienen desde hace tres años, sostenida especialmente por su oposición a la gestión de Serra Ferrer. Siempre han votado en bloque en los Consejos de Administración y Terrasa no se decidirá a vender a Aouate hasta conocer las intenciones del alemán. La propuesta del israelí tiene vigencia hasta el 15 de octubre.

Aunque el exdirector general aceptara la oferta en las próximas horas, podría echarse atrás si Claassen igualara los 1,7 millones de euros.

Además, el manager general ha advertido de que no presentará avales que le garanticen el cobro del segundo plazo antes del 15 de julio.

De este modo, parece inminente la salida de escena de Terrasa, que con la venta de sus títulos generará una plusvalía con respecto a lo que ha ido invirtiendo desde que desembarcó en el Real Mallorca en el verano de 2010 de la mano de Llorenç Serra Ferrer.

Esta operación dejaría con las manos vacías a Cerdà. El israelí llegó a ofrecer 2,9 millones al presidente por su pírrico cinco por ciento de acciones, pero hace semanas que las negociaciones están estancadas mientras se culpan mutuamente de no haber cerrado la operación.

Hay quien piensa que la propuesta de Aouate a Terrasa es un farol para presionar a Cerdà y obligarle a vender al israelí ante la perspectiva de quedarse sin nada y a las puertas de una ampliación de capital en la que además tendría que rascarse el bolsillo.