Otra jornada a la basura tirada por el Mallorca, en una versión algo mejorada de lo visto hasta ahora, pero con el mismo resultado. Una derrota que deja al equipo en los puestos de cola y con un inminente calendario para ponerse a temblar, con Osasuna y Barcelona B a la vista.

Lo cierto es que el equipo exhibe los defectos de siempre, sobre todo uno. Los rivales, haciendo muy poco, perforan la portería mallorquinista con una facilidad pasmosa. Ayer fue un buen ejemplo. El Recreativo de Oltra, cuya presencia causó indiferencia entre la afición, fue una muestra del enésimo equipo que saca petróleo a sus escasas acciones ofensivas.

Sería injusto no reconocer que el equipo, en la segunda parte, mejoró de forma notable con respecto a anteriores jornadas, lo que no era muy difícil. Pero a Valeri Karpin se le acaban los argumentos, y ya de poco le vale el hecho de que cogiera al equipo a diez días de comenzar la temporada. De eso ya hace un mes, tiempo más que suficiente para que se vea algo mínimamente decente sobre el terreno de juego. Tras una primera parte en la que el equipo no ofreció absolutamente nada, solo vulgaridad desde el primer hasta el último jugador, en la segunda, con todo perdido, se enchufó al partido. En el primer tiempo no hubo un plan de juego. No se vio una sola jugada combinativa, no se veía fútbol por los extremos y el pelotazo, a saber dónde, era la tónica. Para colmo, nadie asumía el mando en este primer periodo. Marco, el mejor jugador del equipo con diferencia, es demasiado joven para cargar con una mochila demasiado pesada. El resto es el vacío más absoluto, un equipo mediocre donde los haya y que el campeonato, cuando solo han transcurrido cuatro jornadas, está poniendo en su sitio.

Ayer, el Recreativo de Oltra fue el que se llevó la victoria. Haciendo lo justo. Un remate espectacular a los trece minutos de un defensa, Montoro, y un penalti a deshora de Cabrero a poco del final cuando el Mallorca buscaba el gol de la victoria le bastó al conjunto onubense para llevarse la victoria. Eso y orden en defensa, la que le ha permitido encajar un solo gol en la Liga, el de ayer de Scepovic.

El equipo cambió radicalmente en la segunda parte. Del Marco timorato de antes del descanso se pasó al jugador que apunta a figura cuando dejó la banda y se ubicó en el centro; del revolucionado Bustos a un jugador con criterio en el centro del campo; de un Martí desaparecido a protagonista absoluto. Esta transformación tuvo el premio del gol en una jugada iniciada por el veterano capitán y culminada por Scepovic, que marcó un gol de delantero centro de toda la vida, aprovechando el rechace del portero. A Sotres hay que achacar que el Recreativo se llevara los tres puntos. Tuvo intervenciones de mucho mérito, sobre todo en el minuto 92 cuando evitó que entrara el cabezazo de Agus.

A Sotres y a Cabrero. El guardameta mallorquinista, titular la temporada pasada en perjuicio del actual guardameta del Recre, llegó tarde en el minuto 84 a un contragolpe de Manu Molina, que llevaba solo cuatro minutos en el terreno de juego. El penalti fue indiscutible, por mucho que protestara el portero rojillo. Karpin ya había agotado los cambios por lo que Martí tuvo que ponerse bajo los palos. Nada pudo hacer al lanzamiento, potente y esquinado, de Jesús, que acabó con las ilusiones mallorquinistas.

Fue demasiado castigo para un Mallorca que hizo méritos para no irse de vacío. Se vieron algunos brotes verdes. El equipo ofreció su mejor cara en la segunda parte, pero ni así le bastó para tan siquiera sumar un punto. Una muestra de las muchas carencias que presenta este equipo, hecho deprisa y corriendo. Mientras en el campo las cosas no funcionan, en los despachos puede haber movimientos en los próximos días. Y más tras la ´rajada´ de Aouate a Cerdà tras el partido. La situación es dramática en el peor Mallorca en décadas. Un punto de doce, sin dinero y sumido en el caos.

El árbitro

De Burgos Bengoetxea

No dejó contento a nadie

El colegiado vasco tuvo una mala actuación. Acertó en la jugada del penalti, se equivocó al perdonar la segunda amarilla a Truyols en la segunda parte y en interrumpir el juego continuamente. No vio el paradón de Sotres en el minuto 92 enviando el balón a córner, señalando saque de puerta.

Lo mejor

La reacción en la segunda parte

El Mallorca cambió su pésima imagen de la primera parte en la segunda. El equipo de Karpin entró convencido de que no quedaba otra que hacerse dueño del balón. Marcó y a partir de ahí se vio al mejor Mallorca de la temporada.

Lo peor

El campo

El Mallorca juega en un campo impropio de un equipo profesional. El césped se levanta a las primeras de cambio.