La situación de Lluís Carreras en el Real Mallorca empieza a ser muy delicada, con problemas dentro y fuera del vestuario. El técnico catalán pudo sofocar ayer en parte el amago de rebelión que surgió el martes en Son Bibiloni después de suspender el entrenamiento al apreciar falta de intensidad en sus futbolistas. Pero en la planta noble toma forma la idea de destituir al preparador bermellón en caso de que el equipo encaje su cuarta derrota consecutiva en Vitoria. De hecho, Serra Ferrer maneja el nombre de Javier Olaizola, hoy técnico del cadete rojillo.

Biel Cerdà convocará un Consejo de Administración que se celebrará probablemente el lunes y en el que figurará en el orden del día el despido de Carreras si el Mallorca cae derrotado en Mendizorroza el sábado. El propio Serra Ferrer sería partidario de un cambio, pese a que hace dos meses defendió la candidatura del técnico catalán frente a la de Miquel Àngel Nadal, patrocinada por Utz Claassen y Pedro Terrasa.

El nombre de Olaizola estuvo sobre la mesa en aquel momento, cuando se barajaban posibles sustitutos de José Luis Oltra. Pero la idea era que el exfutbolista bermellón acompañara a Carreras en su cuerpo técnico. El director deportivo Toni Prats también es partidario del relevo en el banquillo si se pierde en Vitoria, pese a que solo quedarían seis jornadas para la conclusión del campeonato.

Prats mantuvo ayer una reunión con los cuatro capitanes de la plantilla -Nsue, Nunes, Martí y Aouate- en la que les reclamó más compromiso a ellos y a sus compañeros en el tramo final de Liga, al tiempo que les alertó de las dramáticas consecuencias que tendría para la institución un descenso a Segunda B.

El director deportivo quería tantear el estado de ánimo del vestuario, sabedor de que la suspensión del entrenamiento por parte de Carreras el martes había generado mucho malestar entre los futbolistas. Los capitanes negaron a Prats que al grupo le faltara intensidad en las sesiones, aunque prometieron más implicación en los partidos que quedan.

A primera hora de la mañana el técnico catalán había tenido una charla con sus futbolistas en la que les explicó por qué el martes les envió a la ducha cuando no se había completado ni una hora de sesión. Unos y otros se dijeron algunas cosas a la cara, pero firmaron una tregua al menos hasta sellar la permanencia matemáticamente.

Lo cierto es que a los futbolistas les sentó muy mal la decisión de Carreras, que consideraron un gesto de cara a la galería. También se sintieron señalados por su entrenador como los grandes culpables de la crisis deportiva.