Casi se derrumba cuando ni siquiera había empezado a articular palabra cuando vio que la totalidad de la plantilla entró en la sala de prensa de Son Bibiloni para respaldarle en su despedida pública. "No quiero emocionarme. No me lo esperaba y no quiero hacer sentir pena a nadie. Son momentos tristes de agradecimientos y alguna lamentación", aseguró con la voz entrecortada y con un rostro que reflejaba el calvario que ha vivido como entrenador del Mallorca. "Se ha acabado la pesadilla personal y familiar. He llorado mucho en la intimidad. Es terrible lo que hemos tenido que sufrir yo y mis colaboradores", confesó en una comparecencia que superó los treinta minutos y en la que estuvo acompañado, para sorpresa de muchos, por el presidente Biel Cerdà y el director deportivo Toni Prats.

El valenciano lamentó el humillante trato que le han dispensado los dirigentes del club. "El final no ha sido el deseado. Este trato de las últimas semanas no se lo merece nadie. Han faltado al respeto a José Luis como persona y a Oltra como entrenador. No es que este final no lo merezca yo, es que no lo merece nadie, los hechos hablan por sí solos y ni hace falta comentarlos", comentó sobre el hecho, entre otros, de que el lunes fuera destituido y que posteriormente, al no ponerse de acuerdo en su sustituto los consejeros Utz Claassen y Serra Ferrer, tuviera que seguir entrenando el martes y miércoles.

Oltra, que reconoció que en algún caso tenía que morderse la lengua, no ocultó su amargura por la situación que ha vivido desde que empezaron a llegar los malos resultados. "Esto viene desde el principio, estaba destituido desde la quinta jornada contra el Hércules, en la nueve en Tenerife también lo estaba, y eso que ganamos con suerte, que a veces es necesaria en el fútbol y también contra el Alavés. Esto ha sido cíclico. Una pesadilla que ahora acaba. Pero también quiero decir que esto no ha sido ninguna excusa porque todo esto viene motivado por los malos resultados", argumentó. Además, rechazó que el lunes Serra Ferrer le reclamara su dimisión. "Lo niego tajantemente", destacó.

Oltra no eludió hablar sobre el conflicto institucional que tanto ha incidido en las surrealistas situaciones vividas esta semana. "He sido víctima de una guerra de poder, nadie me puede tachar de no ser un buen profesional y me he dejado el alma para que funcionara. Pero los resultados no han llegado y yo soy el máximo responsable", apuntó.

El ya exbermellón admitió que en algunas ocasiones no ha sentido el respaldo necesario por parte del entonces director deportivo, Llorenç Serra Ferrer, y por el resto de consejeros. "Me hubiera gustado que la figura del entrenador estuviera más reforzada", señaló, antes de dejar claro que no quería centrar sus críticas en el pobler. "No voy a cargar contra nadie en particular", dijo. "Cuando llegué pensaba que si alguien podía entenderme era Serra Ferrer, pero es que no solo era director deportivo sino máximo accionista y esto es una guerra de poder que afecta al rendimiento. Ayer -por el miércoles- me llamó un minuto justo cuando yo no estaba en el mejor momento para hablar", explicó con el gesto torcido.

Cuando le recordaron las palabras de Laudrup en su despedida en 2011, diciendo que el Mallorca "será lo que Serra Ferrer quiera que sea", Oltra fue más diplomático. "El Mallorca será lo que el Consejo quiera y la afición también", resaltó. Pero precisamente cuando le interrogaron por el trato que había recibido en las últimas horas, Cerdà interrumpió su respuesta para reiterar sus disculpas. "No es admisible el trato que se le ha dado como persona. No tiene ningún tipo de justificación, no estuvimos a la altura porque le hemos agraviado. Y lo que ha sufrido no se lo merece nadie", pronunció el presidente mientras Oltra le escuchaba con la mirada perdida.

El ex del Dépor y Tenerife, que se ofreció a resolver cualquier duda a su sustituto Lluís Carreras, confesó que esta experiencia le hará "más fuerte". "Es que he vivido cosas que no se las deseo a nadie. En mi segundo día recibí un requerimiento notarial, tuve que declarar en el Consejo", recordó. Oltra, que aseguró que seguirá viviendo en la isla hasta el 30 de junio por el colegio de sus hijos, elogió a los futbolistas: "Agradecer sobre todo a la plantilla que siempre me ha respaldado, público y privadamente. Estoy convencido que lo pueden lograr, son auténticos profesionales. Estamos a dos puntos del play-off".

Y antes de marcharse con un enorme aplauso de los presentes, el entrenador, que se declaró "un mallorquinista más a partir de ahora", tuvo palabras para la afición. "He notado su cariño, tanto en el estadio como en la calle. Es el mayor activo que tiene este club", concluyó.