Pep Lluís Martí esgrimió ayer un discurso cargado de emotividad en el que reclamó la unión de todos para que el Real Mallorca enderece el rumbo en la clasificación, pero apenas entró en valoraciones sobre la grave crisis institucional. "Lo que quiero es que se quiera al Mallorca. Hay gente que la quiere y lo demuestra. Algunos hemos vivido ver cómo se hundía un foso en el Sitjar y llorar por eso. Hemos llorado porque fuimos a Vallecas y subimos. Porque perdimos la Copa en Valencia en los penaltis. Es un sentimiento, una familia. Y queremos a nuestra familia. Podemos pelearnos con los hijos, con la mujer. Pero no dejamos de querer al Mallorca. Todos somos la familia y lo único que nos queda es intentar sacar esto adelante. Queremos que se quiera al Mallorca, que es un sentimiento. Y mucha gente lo tenemos muy dentro", destacó uno de los capitanes.

El centrocampista pidió desviar la atención a lo que pasa en el terreno de juego y no en los despachos. "Estamos cansados porque no se habla del partido del Mirandés. Hay muchas personas que trabajan aquí, aficionados, gente que ha vivido muchas cosas que por encima de todo quiere al Mallorca. Y el club está por encima de cualquier cosa. A los que somos mallorquines y mallorquinistas nos interesa que el Mallorca esté en Primera. No quién manda, quién es el entrenador o quién juega. Nos gusta que el Mallorca juegue bien y que esté donde se merece, que es la Primera", reivindicó el veterano futbolista.

Asimismo, elogió al cuestionado Oltra: "La suerte es que tenemos un entrenador con una personalidad extraordinaria, que sabe trabajar con presión. Y tiene una plantilla que se adapta a cualquier circunstancia. Es la ventaja que tenemos, nos adaptamos y lo único que queda es esforzarnos al máximo para llegar al partido de Miranda en las mejores condiciones y sacar los tres puntos".