José Luis Oltra cumple mañana ante el Hércules una vuelta en la cuerda floja. El empate en el feudo del conjunto alicantino (2-2) dieron aire a un técnico que se había colocado al borde de la destitución después de un pésimo arranque liguero que incluyó tres derrotas humillantes (Sabadell, Murcia y Sporting) y el sonoro ridículo copero ante el Alcorcón (1-4). "No entendería que me destituyeran", declaró el valenciano horas antes de viajar a Alicante. Pero lo cierto es que Serra Ferrer tenía decidido despedir al técnico en caso de encajar una nueva derrota.

Desde entonces el valenciano ha vivido casi permanentemente cuestionado. Salvó dos ultimátums en la jornada 15 ante el Alavés y en la 22 frente al Sabadell. Nuevamente se libró del despido después de la dolorosa derrota ante el Sporting en Son Moix y hace unos días después del triste empate en Alcorcón. En los dos últimos casos Serra Ferrer habría sacado el hacha si hubiera tenido libertad de movimientos, pero pospuso su decisión ante el temor de que Utz Claassen, Pedro Terrasa y Biel Cerdà tumbaran su propuesta en un Consejo de Administración.

Oltra sabe que no tiene el respaldo de su director deportivo y que solo el bloqueo institucional y la completa falta de comunicación entre los accionistas le ha mantenido en el banquillo del Real Mallorca. Pero poco ha cambiado la vida para el preparador bermellón, que se vuelve a medir ante el Hércules con las mismas urgencias que hace una vuelta. Con la salvedad de que en esta ocasión su equipo juega en Son Moix y no le bastará con un empate.

Aquel martes 10 de septiembre el Mallorca y Oltra tocaron fondo con la bochornosa eliminación copera a manos del Alcorcón. Cuatro derrotas en cinco partidos y quince goles en contra hicieron insoportable la situación para el técnico. El banquillo del Rico Pérez le quemaba, pero el punto que se trajo a Palma enfrió algo las cosas.

Veinte jornadas después el técnico se ha colocado al borde de la destitución por la lamentable imagen que ofreció su equipo ante el Sporting y el Alcorcón. La clasificación -el Mallorca está más cerca del descenso que del ascenso directo- y el conformismo en el que se ha instalado el valenciano han complicado mucho las cosas a un entrenador que llevaba mucho tiempo sobreviviendo en el banquillo con el crédito muy justito.

El conjunto bermellón ya no es aquel guiñapo de las primeras jornadas, pero ha sido incapaz de pisar zona de promoción o protagonizar una decidida reacción que le afianzara como aspirante al ascenso directo.

Pero mañana también se jugarán mucho el Hércules y su técnico, Quique Hernández. El equipo alicantino ocupa la antepenúltima posición y al entrenador ya le buscan sustituto. Será un partido lleno de urgencias y una de las primeras finales que disputará el conjunto bermellón en su pelea por no perder la estela del ascenso directo, ahora a siete puntos.