La destitución de José Luis Oltra como entrenador del Real Mallorca, que casi con toda seguridad se producirá en el supuesto de que el equipo pierda el próximo domingo en Alcorcón, supone una decisión que debe pasar por diferentes trámites que no convierte precisamente en fácil la postura de optar por la salida del técnico.

Desde el mismo momento en que Biel Cerdà, todavía presidente pese a que tiene a todo el mallorquinismo en contra, perdió todo el poder de decisión en el club, es el Consejo de Administración el que tiene la última palabra en todos los temas que se pongan sobre la mesa. El del técnico lo está, y más si el próximo domingo se pierde en el estadio Santo Domingo de Alcorcón. Si Serra Ferrer, partidario de la salida del técnico valenciano, opta por que ha llegado el momento del relevo en el banquillo, tiene que consultarlo con todos los miembros del Consejo, aunque sea por vía telefónica. No tiene porqué convocarse una reunión. De hecho, esta fórmula ya se puso en práctica la semana pasada con los fichajes de Generelo e Iriney. El Consejo no se reunió para aprobar las adquisiciones. "Tenemos implantado un sistema ágil que nos permite tomar decisiones de urgencia sin tener que reunirnos", afirmó ayer a este diario un miembro del Consejo.

Serra Ferrer, decepcionado por la marcha del equipo, que todavía no se ha colocado ninguna vez entre los seis primeros, aún no ha dado un paso al frente, pese a que el cuerpo se lo pedía tras la debacle ante el Sporting. Tras la reunión que mantuvieron el lunes el director deportivo y el entrenador, éste salió convencido de que su futuro como técnico del Mallorca pasa por una victoria en Alcorcón. No se lo dijo explícitamente Serra Ferrer, pero no hizo falta. Le quedó muy claro. De hecho, lo que momentáneamente salva a Oltra, que a su entorno más íntimo ha reconocido que está pasando por un muy mal momento, es el partido que pueda sacar a los nuevos refuerzos, sobre todo Generelo e Iriney, un jugador llamado a llevar la batuta del equipo, por condiciones y por carácter.

Otro de los puntos a tener en cuenta es la opinión de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) que preside Javier Tebas. Desde esta temporada todas las operaciones de los clubes deben contar con el visto bueno de la Liga, que estudia caso por caso los movimientos en el mercado de fichajes. Si considera que algún club se extralimita en sus posibilidades económicas, impide la operación.

Si finalmente el Mallorca decide la destitución de Oltra, parece que la Liga no supondría un obstáculo. El club ha aligerado sensiblemente su nómina con la salida de Geromel, Víctor, Iñigo y Aki. Así, por ejemplo, la salida del japonés permitió la entrada del argelino cedido por la Real Sociedad. En cualquier caso, al técnico valenciano se le tendría que abonar la totalidad de la ficha. Un riesgo que algunos consideran que se debe correr porque creen que todavía se está a tiempo de enderezar el rumbo perdido.

Por último, si se opta por la salida del entrenador, algunos consejeros son partidarios de que se tenga claro quién será su sustituto. "No estamos en condiciones de echar a alguien sin saber a quién quiere (Serra Ferrer) poner en su lugar", comenta un consejero, que prefiere no pronunciarse sobre la conveniencia o no de despedir a Oltra.

Serra, que el lunes, durante la presentación de Razza -como quiere que se le denomine al guineano Camara- no se atrevió a asegurar la continuidad de Oltra -"no quiero responder a esta pregunta", dijo- tiene en mente alguna opción, pero quiere agarrarse a la posibilidad de que el equipo reaccione con la llegada de los fichajes de invierno.

El máximo accionista cree que la pasada temporada se equivocó demorando la destitución de Joaquín Caparrós -ayer se cumplió un año-, después de que el hoy técnico del Levante solo sumara seis puntos de 52 posibles. Su tardía decisión convirtió en más complicado el reto de Manzano, que no pudo obrar el milagro de la permanencia.

Aunque en circunstancias diferentes, Serra Ferrer se ve en una situación similar a la de la temporada pasada. Sigue con sus opciones intactas de meterse entre los seis primeros, pero las dos primeras plazas, las que proporcionan el ascenso directo, cada vez están más lejos. El motivo por el que Oltra está en la cuerda floja.