En los próximos días, o incluso horas, los nuevos rectores del Real Mallorca romperán la relación que mantienen con la empresa de comunicación Zink, contratada cuando Biel Cerdà adquirió amplias cuotas de poder y que le ha servido para manejar a su antojo todo el entramado de comunicación de la entidad. Esta será la primera o una de las primeras medidas que adoptarán los nuevos rectores de la entidad, que pretenden una nueva forma de relación con los medios de comunicación.

El cambio de rumbo de la entidad, que se concretó ayer con la entrada de los nuevos apoderados y un director general se gestó, sin saberse, el pasado verano, cuando Cerdà traicionó a Serra Ferrer al negociar, en cinco reuniones distintas, la venta de sus acciones a Claassen, que finalmente no se formalizó, a cambio de una serie de prebendas que pretendían convertir el club en el ´modus vivendi´ del aún presidente. Entre otras cosas, pactó un contrato de cinco años a razón de 200.000 euros cada uno y una prima por ascenso. Estas reuniones, desveladas por DIARIO de MALLORCA el pasado 27 de noviembre, fueron una bomba de relojería dentro del club y el final de la ya escasa relación que quedaba entre los dos ex apoderados. A partir de ese momento, Cerdà tuvo dos enemigos en casa, un Serra Ferrer herido y un Claassen resentido por el paso atrás del pollencí en el último momento que abortó el cambio de poderes.