Biel Cerdà compareció ante los medios con ganas de hablar y de criticar lo que a su entender ha sido un pacto entre Serra Ferrer y Utz Claassen para dejarle sin margen de maniobra. Lo primero que dejó claro es que no piensa abandonar la presidencia. "No me planteo dimitir, en absoluto, pero no depende de mí sino del resto de consejeros", dijo. Todo su discurso estaba dirigido a Serra Ferrer y a Claassen. Criticó el despido del director general, José María Durán, su hombre de confianza: "Su destitución ha sido producto de un pacto entre los dos para que no respete el pacto de sindicación. Es libre de pactar con quien quiera, pero antes del 29 de julio, Claassen quería destituir a Serra como director deportivo y de consejero delegado, y también poner una demanda social de responsabilidad contra Serra y Cladera".

Para Cerdà, toda esta situación se ha generado porque "yo dije que se tenían que hacer las cosas bien hechas. Dije que la situación deportiva no era positiva. Yo hice un pacto de sindicación con Serra antes de que Claassen pretendiera destituirlo. Era un pacto muy serio para dar estabilidad al club". Como si desconociera que su poder ya es historia en el club, habló como si hoy fuera un día más para él. "Tengo una responsabilidad de trabajar para el Mallorca, para que económicamente podamos soportar esta situación, cada vez más difícil. Quiero trabajar si se me deja y tengo la responsabilidad, de momento, de ser presidente del club". ¿Un presidente decorativo?, se le peguntó: "Si estoy aquí es para ayudar al Mallorca, y si no tengo una función que aportar no estaré aquí perdiendo el tiempo. Hay dos consejeros delegados y un director general. Tenía unas funciones pactadas con Serra, pero entiendo que tengo que hacer una reflexión con la presencia de dos apoderados y un director general", concluyó.