"Thomas se merece una buena bronca", decía indignado un mallorquinista cuando el árbitro pitó el final del encuentro. Y tenía toda la razón del mundo porque la expulsión del centrocampista en el minuto veintinueve marcó decisivamente el encuentro ante el Numancia. Desde su llegada ha coleccionado elogios, la mayoría merecidos por su buen rendimiento en el pivote, pero ha dejado muestras de su evidente inexperiencia. Y lo peor es que le está costando puntos al Mallorca. Porque la entrada que realizó en el minuto 29, en el centro del campo y con una amarilla sobre sus espaldas, es una imprudencia en toda regla. El colegiado catalán Medié Jiménez, que no cuajó una actuación para sentirse orgulloso, acertó en expulsarle con la segunda cartulina. El africano había perdido el balón y, con la intención de recuperarlo, cazó al adversario de una forma demasiado descarada. No había discusión. Y a la ducha cuando todavía quedaba un mundo por delante. Oltra, que en la rueda de prensa admitió que el futbolista "se había equivocado", no se lo podía creer. Sabía que el encuentro cambiaba de escenario ante un adversario que a domicilio apenas había perdido dos partidos.

Llueve sobre mojado con Thomas. En la ya lejana segunda jornada ya vio la roja ante el Murcia en un episodio similar, ya que en aquella ocasión fue amonestado en los minutos 42 y 45. Eso sí, en aquella ocasión el Mallorca ya estaba perdiendo por 0-2 en un duelo que acabó cayendo por 2-4. Tiene condiciones de sobra, tanto técnicas como físicas, para llegar muy lejos, pero debe corregir su ´pronto´. Ya ha cometido más de una falta a destiempo, de esas que pueden costar muy caro. Su gran intensidad es una de las virtudes que le adornan, pero debe aprender a controlarse. Ante la Ponferradina provocó un penalti al cometer unas innecesarias manos que frustraron el triunfo de los bermellones (2-2). Lo que es seguro es que con equilibrio todavía será mejor futbolista.

De hecho, Thomas, que marcó un gol ante el Hércules, es de los pocos que se salvó de las críticas a pesar del desastroso inicio del equipo. Es su primera experiencia en la Liga Adelante y está cumpliendo con nota. Llegó en verano por la puerta de atrás, sin hacer ruido, pero desde el primer momento se ha ganado la confianza del técnico. El Atlético de Madrid, sin ir más lejos, no quiere ni oír hablar de una cláusula de opción de compra en su cesión. La pasada campaña ya deslumbró en Segunda B con el filial colchonero, de ahí que desde el Manzanares quisieran que siguiera su progresión en un escalón más arriba en un equipo con pretensiones. Su capacidad de trabajo en el centro del campo es enorme, cortando balones y repartiéndolos con cierto criterio, aunque su labor no es organizar. Es de los que ofrece una salida a sus compañeros y que pone músculo en el centro del campo.

Oltra le considera indiscutible ya que ha disputado 1.197 minutos repartidos en quince partidos, once de ellos completos. Pero en Jaén, el próximo domingo, no podrá jugar. Y por méritos propios.