Biel Cerdà soltó un discurso muy a la defensiva, vestido de prudencia, en su comparecencia ayer tras el triunfo frente al Eibar. "Si ha habido alguna víctima soy yo", se atrevió a pronunciar el presidente del Consejo de Administración del Mallorca en Ipurua.

Las informaciones aparecidas en DIARIO de MALLORCA durante la semana, que desvelaban los detalles de las intenciones del pollencí de percibir un sueldo por su cargo -200.000 euros al año- y de su petición al consejero Utz Claassen de cobrar, entre otros cosas, más de un millón para traicionar a Serra Ferrer y darle el control del club al alemán, le han dejado al descubierto. "No me escondo de nada, pero por responsabilidad no debo defenderme a mí sino a la entidad. He sido víctima de ataques mediáticos de cosas que considero falsas, pero tengo que quedarme callado. Y no he traicionado a nadie", destacó rotundo. Y lanzó un mensaje a sus compañeros de Consejo. "Me gustaría defenderme y sería fácil hacerlo de cosas que no son ciertas, pero no lo puedo hacer. Claro que me callo cosas", manifestó.

Cerdà, que reiteró que consideraba que solo se debía hablar del brillante triunfo del equipo con un "no toca", emulando al expresidente de la Generalitat de Catalunya Jordi Pujol, manifestó su intención de mantener su viculación con el máximo accionista Llorenç Serra Ferrer, con el que se enfrentó el viernes en el Consejo. "Entiendo que el acuerdo de sindicación que se firmó hace unos meses sigue vigente y que hay que cumplirlo por la estabilidad del club, para que haya paz institucional", afirmó. Y recordó que trabaja a destajo por el "bien" de la entidad: "El lunes estaré en la Liga de Fútbol Profesional para solucionar cosas del Mallorca".

El empresario incidió en el mensaje de que los problemas en la planta noble no afectan al día a día de la gestión del Mallorca. "La gobernabilidad del club es segura, se va a hacer de la manera que sea. Estamos en una situación económica muy estable y es verdad que tenemos que resolver los problemas internos que tenemos", apuntó. "Está claro que no lo hemos hecho bien y que tenemos problemas", agregó agobiado por la insistencia de los plumillas.

Preguntado por la improvisada convocatoria del Consejo de Administración que se celebró el viernes y que imposibilitó la presencia de Claassen -se le informó el miércoles-, el dirigente fue claro. "No estábamos obligados a hacerlo setenta y dos horas antes. Teníamos que aprobar las cuentas de la campaña anterior. Se hizo porque estábamos pendientes del tema de la demanda de Mediapro", dijo. Cerdà reiteró que no quería que sus palabras perjudicaran al Mallorca: "No es bueno que se creen más polémicas. No puedo entrar a defenderme, soy presidente y tengo que velar por defender la entidad a todos los niveles".

El isleño, que ostenta un 5,3 por ciento de las acciones, fue a los vestuarios a dar la enhorabuena a Oltra y sus jugadores. "Los dirigentes del Eibar nos han felicitado por el equipazo que tenemos y por la intensidad que hemos demostrado. Lo único que interesa es que el Mallorca suba a Primera División. Y con polémicas que no llevan a ningún sitio es muy difícil", dijo, antes de señalar que no había conversado con Serra Ferrer tras el choque.