­Empate cruel del Real Mallorca, que mereció mejor suerte ante la Ponferradina.El grupo de Oltra combinó, defendió bien y atacó mejor. Pero los hombres de Claudio se encontraron con un penalti a falta de ocho minutos para la conclusión que hizo volar otros dos puntos de Son Moix.

Sí cabe reprochar al equipo que, otra vez, hubiera demasiada diferencia entre una primera parte de dominio casi absoluto y una segunda en la que se dejaron vencer por la tentación de echarse atrás para proteger el 2-1. De nuevo el miedo a perder lo que ya tenían atenazó a los rojillos, lo que les llevó a hacer demasiadas concesiones a la Ponferradina.

El viento complicó el juego en la primera parte, pero soplaba a favor de un Mallorca que a los cinco minutos se adelantó con gol de Alejandro Alfaro. Víctor asistió a Nsue, el palmesano llegó hasta la línea de fondo y centró a Alfaro, que fue más listo que su marcador y empujó a la red. Lo celebró a lo grande el andaluz, que aún no había estrenado su cuenta goleadora en un inicio de temporada muy flojo.

El temprano gol animó a los de Oltra, que dieron un paso al frente en busca del segundo. Lo tuvo Gerard. A un metro de la portería y completamente libre de marca estrelló la pelota en la base del poste en un remate muy forzado. El punta se llevó las manos a la cabeza pero Oltra aplaudía desde el banquillo, satisfecho porque su equipo combinaba y dominaba con solvencia.

Pero pocos equipos se descomponen en Segunda. Menos aún la Ponferradina, producto típico de una categoría que premia la entereza. Fofo avisó con un remate que despejó Miño de puños. No falló el delantero blanquiazul en la acción siguiente y materializó su octavo gol este curso.

Hubo algunos desajustes en el Mallorca, pero el gol de Víctor devolvió la tranquilidad a los locales. Asistencia de Gerard desde el costado que el algaidí transformó en el 2-1.

El equipo gestionó bien los minutos que le quedaban a la primera mitad. Retuvo la pelota en su poder, ejecutó un fútbol práctico y arriesgó lo justo para no poner en peligro el marcador.

Los de Oltra salieron con atrevimiento en la segunda mitad. Thomas y Martí realizaban un buen trabajo de recuperación y los hombres de ataque combinaban con gusto. Pero el equipo fue retrasando su posición gradualmente, dando alas a una Ponferradina que tuvo sus opciones.

Ya estaba sobre el césped Marco Asensio, la estrella ascendente del Mallorca. Dejó algún detalle que levantó a una grada entregada ya a la ´perla´ de Son Bibiloni.

Todo hacía presagiar que el grupo de Oltra se iba a apuntar una victoria merecida y más o menos cómoda, pero a cinco minutos del final Thomas provocó un penalti por manos en el área. Yuri envió la pelota colocada a la escuadra y anotó el 2-2.

El partido murió con Geijo y Marco fallando una doble ocasión y la posibilidad de ganar.