Cuando Pep Lluís Martí (Palma, 1975) debutó en Primera División, en un Mallorca-Alavés el 16 de abril de 2000, a Agus Giaquinto (Mar del Plata, Argentina, 1995) le quedaba un día para cumplir los cinco años. Poco más de doce años después, ambos futbolistas no solo coinciden en la plantilla rojilla, sino que incluso ya han ejecutado numerosos ejercicios juntos. No es casualidad. El capitán sabe de sobra la influencia positiva que ejerce sobre un chaval con dos décadas menos en su carnet de identidad y le ha dado la bienvenida en el vestuario.

Uno las ha visto de todos los colores en el fútbol, el otro todavía ni sabe por dónde van los tiros en el profesionalismo, pero Joaquín Caparrós ha querido que ambos unan sus fuerzas en esta concentración de pretemporada en Oosterbeek (Holanda). Para los dos es un regalo, porque al veterano le sirve para seguir disfrutando en la elite de lo que más le gusta, mientras que el chaval todavía se está pellizcando cuando ve que se está cambiando en el vestuario junto a Aouate, Nunes o Antonio López. La pasada temporada deslumbró en el juvenil B, en esta le tocaba subir un escalón en el División de Honor, pero el de Utrera sorprendió a todos cuando llamó a este mediapunta para viajar a los Países Bajos. Un ascenso meteórico.

Agus es argentino, pero a sus escasos diecisiete años ya lleva once en la isla. No ha perdido el acento de su país, pero entiende el mallorquín a la perfección. Su familia se instaló un año después de que lo hiciera su padre en el Port de Pollença, donde empezó a marcar sus primeros goles con la camiseta del equipo del Nord. Cuatro años después se marchó al Poblense, donde estuvo otros cuatro antes de dar el salto al Mallorca. Su talento había convencido a los responsables de Son Bibiloni, que le ubicaron en el cadete A. De esto apenas hace dos años, una circunstancia que ayuda a entender la dimensión de la apuesta de Caparrós. Quedarse con los mayores este curso se antoja complicado, o incluso más, pero el preparador ya ha demostrado a lo largo de su carrera que no le tiembla el pulso a la hora de apostar por los más jóvenes. Y si no que se lo digan al internacional Íker Muniain, que con la misma edad que Agus ya estaba en el primer equipo del Athletic de Bilbao por expreso deseo del entonces apodado ´Jokin´.

De momento Martí ya le ha recibido con los brazos abiertos, al igual que el resto. En el Sportpark de Oosterbeek ya se le ha visto conversar con Agus en numerosas ocasiones. Los consejos de un futbolista que acumula dos Copas de la UEFA (2006/2007), una Supercopa de Europa (2006), una Copa del Rey (2007) y una Supercopa (2007), todo ello con el Sevilla, los recibe como una esponja. Sin ir más lejos, en algunos ejercicios físicos sobre el mismo césped, el pivote se encargó de buscar al novato para compartir tarea con el balón medicinal y la esterilla, entre otros materiales.

Pero después regresaron al Hotel De Bilderberg caminando juntos y hablando de fútbol, justo lo que les une a pesar de esos veinte años de diferencia. El más mayor con el más joven. Caparrós prefiere que Agus todavía no haga declaraciones a la prensa, quiere protegerle de todo lo que rodea mediáticamente a este deporte, pero sí que ya haya tenido su primera experiencia, aunque sea desde la barrera. Asistió a la entrevista que le realizó el martes DIARIO de MALLORCA a Aouate, así como también a la de IB3 Televisió. Tenía curiosidad por conocer este mundo por dentro, aunque fuera algo testimonial. Es un chico curioso, mira por todos lados, pero sobre todo con el balón en los pies sabe lo que tiene que hacer. "Es muy bueno", dice Pedro Bigas. Quizá al regresar a la isla vuelva con los compañeros de su edad, pero por ahora ya está disfrutando como un niño, justo lo que es, de esta experiencia. Las recomendaciones de Martí son para toda la vida.