Las caras de los jugadores del Real Mallorca reflejaban más alivio que alegría cuando bajaron del autocar a las 19:55 horas, a pesar de que en este grupo las bromas nunca cesan. Acababan de llegar al Hotel De Bilderberg de Oosterbeek, el lugar en el que van a pasar los próximos catorce días en la concentración de pretemporada en Holanda. El día se había hecho mucho más largo de lo previsto, entre otras cosas porque por la mañana habían dejado la isla en manga corta y después ya necesitaban una chaqueta y un buen chubasquero. Los catorce grados y la intensa lluvia recibieron a los veinticuatro futbolistas más al cuerpo técnico comandado por Joaquín Caparrós, que miraba por todos lados. Lógico, jamás había pisado este establecimiento.

?No hubo mucho tiempo más para subir a las habitaciones y bajar, sin espacio para florituras, para ponerse a cenar. Ni siquiera se habían calzado las botas, ni siquiera habían sudado gota alguna, pero el viaje les obligaba a descansar. Habían partido de Son Sant Joan a las 10:15 con destino Madrid, una escala necesaria para desembarcar posteriormente en Amsterdam. El problema es que la espera hasta coger el enlace se hizo demasiado larga, ya que no cogieron el avión hasta las 15 horas, media hora más tarde de lo previsto. Y Barajas, por supuesto, no es precisamente el lugar más entretenido del mundo. Eso sí, las batallitas de los más veteranos amenizaron la espera con sus anécdotas y ya aprovecharon para explicar a los novatos cómo era el lugar que les esperaba en las dos próximas semanas. Una vez en tierra, ya con la capital del país de los tulipanes a sus pies, tocaba esperar los más de mil kilos de equipaje que transporta el equipo, entre botas, ropa y material de entrenamiento. Y lo peor es que esto también se retrasó más de lo habitual.

?Ya en el autocar cubrieron los pocos más de cien kilómetros que les separaban de Oosterbeek, una tranquila localidad de 32.000 habitantes que en esta época del año, por extraño que parezca en pleno mes de julio, no suele ver demasiado el sol. De eso se trata. De trabajar alejados del calor de Palma para sembrar la semilla que debe germinar con éxito a final de curso. Por algo han fichado a Antonio López, Javi Márquez, Arizmendi y Miño, para mejorar un grupo que dejó un gran sabor de boca el curso anterior quedando a las puertas de entrar en Europa. En este ´stage´ disputarán cuatro encuentros con rivales de primer nivel, ya que todos ellos militan en las máximas categorías de Bélgica, Grecia y Holanda. Mañana ya se medirán al Standar de Lieja de Ogunjimi, cedido por los bermellones. El sábado se enfrentarán al Paok de Salónica, mientras que el miércoles 25 jugarán ante el Feyenoord y el sábado 28, al AZ Alkmaar. Queda mucho por delante. Esto ni siquiera ha empezado.