El Real Mallorca puede seguir optando por aplazar la permanencia –y por tanto ir acumulando estrés y ansiedad– o solventar el objetivo por la vía rápida ganando esta noche en su visita al feudo del Racing de Santander. Un empate también sería considerado positivo, porque se sumaría a domicilio y ante un rival que perdería la poca vida que le queda. Pero una victoria significaría alcanzar la barrera psicológica de los cuarenta puntos cuando quedarían seis jornadas para la conclusión del campeonato o, lo que es lo mismo, dieciocho puntos en juego. Un amplio margen para viajar a Bilbao con mucha tranquilidad y fiar la salvación matemática a cualquier partido en Son Moix.

Lo que no entra en los planes es la derrota. El empate del pasado domingo ante el Granada dejó un poso de inseguridad entre un mallorquinismo al que se le empiezan a aparecer los fantasmas del pasado curso, cuando el equipo se situó al borde del precipicio por pensar que lo tenía todo hecho. El Mallorca del domingo presentó los mismos síntomas que aquel de Michael Laudrup y ha sido trabajo de Joaquín Caparrós persuadir a los suyos para que no se relajen.

Además los últimos registros de los rojillos no invitan precisamente a la alegría. Un punto de los últimos nueve posibles. Únicamente tranquiliza que los tres equipos que ocupan la cola –Zaragoza, Sporting y Racing– no reaccionan.

Claro que los números de su oponente esta noche son terroríficos. Los cántabros llevan doce jornadas sin ganar, desde que a mediados de enero se impusieron a domicilio al Osasuna. Cinco puntos sumados de los últimos 36 que ha disputado han dejado al Racing al borde del abismo.

El club cántabro ha puesto a la venta entradas económicas para los socios, pero la sensación en Santander es de derrotismo y todo apunta a que El Sardinero presentará como mucho media entrada.

Después del partido el Mallorca viajará a Bilbao para medirse al Athletic el domingo. Por eso Joaquín Caparrós ha convocado a 22 futbolistas. Solo se quedan en la isla los lesionados Martí, Chico y, probablemente, Kevin.

Pese a dos ausencias tan sensibles no debería tener problemas el utrerano para confeccionar un once de garantías. Nunes, recuperado de su lesión que le impidió alinearse ante el Granada, está recuperado y formará en el eje de la zaga con Ramis. Cendrós repetirá titularidad en el lateral diestro. En el centro del campo la baja de Martí será cubierta probablemente por Pina, desaparecido desde hace semanas del once titular.

El problema lo podría tener el técnico si ante el Racing pierde nuevos efectivos porque en San Mamés tendría que hacer una alineación de circunstancias.

Álvaro Cervera, técnico del Racing y exfutbolista del conjunto bermellón, no tira la toalla. Pero queda claro que para los cántabros el Mallorca supone el último tren para la permanencia.

Y si el enemigo de los santanderinos es la ansiedad, el del Mallorca es la relajación. Pase lo que pase esta noche en El Sardinero está prohibido volver a exhibir la falta de intensidad del pasado domingo ante el Granada. Los 37 puntos que atesoran ahora los bermellones son un buen botín, pero aún insuficiente.