Si cada euro que ingresa el Mallorca debe celebrarse con una fiesta, imagínense si la cantidad que se recauda en una sola tarde en taquilla supera los cuatrocientos mil. Los 22.284 espectadores que asistieron el sábado al Iberostar Estadio para presenciar el duelo ante el Barcelona dejaron un suculento regalo en las maltrechas arcas del club. Fue el particular ´agosto´ en pleno mes de marzo que inyecta liquidez para los pagos más inmediatos que debe afrontar el Consejo de Administración, que no son pocos.

?Ver a los Messi, Iniesta, Piqué y compañía en Palma tiene un alto precio que a muchos ´culés´ no les importó pagar, ni aunque valieran 130 euros las entradas más caras para presenciar el encuentro. De hecho, prácticamente se agotaron en la Tribuna Cubierta, en la que no cabía ni un alfiler. Los únicos agujeros se vieron en la Tribuna Sol Alta, justo cerca de los ´Boixos Nois´, que impidieron que se acabaran las ocho mil entradas que se pusieron a la venta. Además, el club se había reservado unas mil quiniestas para patrocinadores, instituciones y categorías inferiores, más las cerca de catorce mil destinadas para los abonados.

?Estos poco más de cuatrocientos mil euros evidencian, entre otras cosas, la importancia de jugar en Primera División, ya que estos ingresos, sobre todo en una entidad que está saliendo de un Concurso de Acreedores, son ´pellizcos´ irrenunciables. El calendario de pagos es muy duro, por lo que cualquier ayuda es poca para ir afrontando sus obligaciones.

?Son Moix registró la mejor entrada de la temporada con casi tres mil más que los que se citaron frente al Real Madrid –19.557–. Esto, además, significa que se rompió una dinámica que se había establecido en las últimas campañas ya que el Real Madrid siempre arrastraba más personas a Son Moix que el Barcelona. Este año no. Sin ir más lejos, el curso pasado fueron 22.667 a presenciar el estreno de José Mourinho en la Liga, mientras que para ver a los de Guardiola se desplazaron algunos menos –21.227–.

?Las 22.284 personas que acudieron este sábado al Iberostar representan la octava entrada más alta de la historia. Algunas quitaron las telarañas de algunos asientos muy poco utilizados en los trece años de vida del estadio. No obstante, fueron mil menos de las que asistieron en la última jornada de la pasada temporada, en aquel dramático encuentro ante el Atlético de Madrid, con 23.343 hinchas en las gradas.

?En esa ocasión los bermellones se jugaban mantenerse en Primera División, sin duda una gran excusa para llenar el estadio en el récord absoluto hasta el momento. Poco margen de mejora debe haber, porque curiosamente el aforo oficial es inferior a esta cantidad, 23.142 asientos. Los inquilinos de la planta noble del Mallorca lamentan que no haya más duelos contra los grandes. Económicamente siempre son rentables. A nivel deportivo ya es otra historia.