La escalada de tensión entre Llorenç Serra Ferrer y Jaume Cladera, por un lado, y Utz Claaseen, por el otro, parece no tener fin. El alemán hizo público ayer un escrito en el que acusa a los dos dirigientes bermellones de haberle "vuelto a mentir y engañar". El ataque viene esta vez motivado por el comunicado que emitió el Mallorca en su página web el miércoles y en el que se informaba de que "Llorenç Serra Ferrer, Utz Claassen, Gabriel Cerdà y Miguel Coca acordaron y firmaron en octubre de 2010 un acuerdo de sindicación de acciones en el que los cuatro mencionados manifiestan conocer los acuerdos de sindicación con Esfinge Veinte".

Aparte del "engaño" del que dice haber sido objeto Claassen con aquel acuerdo, el alemán aseguró su desconocimiento sobre algunos de los detalles de aquel contrato: "No se me ha dado acceso a (información), o información sobre la totalidad de los contratos que tienen firmados los señores Serra Ferrer y don Jaume Cladera con Esfinge 21 (sic) SL. Específicamente, no fui informado del contenido ni he tenido acceso" al citado contrato de sindicación ni, prosigue Claassen, "al contrato de promesa de compraventa de acciones con Esfinge 21 SL del 14 de diciembre del 2.010".

A través del documento Esfinge Veinte compró un veinte por ciento de las acciones y las cedió en préstamo a Serra Ferrer (ocho por ciento), Cladera (siete por ciento) y Pedro Terrasa (cinco por ciento), con la obligación de pagarlas antes del 31 de enero de 2012. El presidente y el vicepresidente no pudieron hacer frente a ese abono (unos 450.000 euros) y tuvieron que devolver su quince por ciento de participaciones a Esfinge Veinte, una financiera controlada por Javier Tebas.

El empresario alemán volvió a lamentar la falta de transparencia que, en su opinión, rige en el club: "No he criticado nunca una venta de acciones, sino el hecho de que el Consejo de Administración hasta la fecha de hoy no fue informado de tal. Además, sigo siendo de la opinión que es absurdo acusarme a mí de intentar conseguir el control del club cuando los que me critican no sólo venden sus acciones sino que tenían firmada dicha venta desde hace mucho tiempo".

El alemán, segundo accionista del Mallorca, concluye el escrito critcando a Serra Ferrer y Cladera por "abusar de las vías de comunicación del club para hacer declaraciones sobre asuntos que corresponden sólo a personas y empresas particulares", al tiempo que lanzó una seria advertencia: "Me reservo acciones legales contra cualquier persona que me llame mentiroso o por cualquier otra difamación personal".