El incendio que se vive en los despachos del Real Mallorca se reprodujo ayer en el palco. Jugaba el Real Mallorca contra un rival de enjundia, el Atlético de Madrid. Pero a los dirigentes que ocuparon la primera fila les debió costar concentrarse en el espectáculo después de una semana especialmente caliente.

Utz Claassen se reencontró con sus compañeros del Consejo de Administración tras interponer una querella por presunta estafa contra Llorenç Serra Ferrer y Jaume Cladera. El alemán llegó con el partido empezado – "estaba firmando para hacerme donante de sangre", se disculpó–?y empezó la ronda de saludos. Biel Cerdà y Serra Ferrer le ofrecieron la mano, pero Cladera le negó el saludo. "Me parece un poco raro ser un invitado del presidente en primera fila del palco para que luego me niegue el saludo. Eso dice mucho del comportamiento del presidente y de su educación. El club tendría que ser representado de una manera más presidencial y educada", criticó Claassen en el descanso del partido y a pocos metros de Cladera.

Días atrás Miquel Coca, objeto de gran parte de los ataques del alemán, había amagado con retrasar su posición tres o cuatro filas si Claassen pisaba el palco. Finalmente el abogado se sentó en primera fila –junto a Cerdà–, pero dilató su entrada en la zona noble del estadio cuanto pudo para evitar el saludo con el alemán.

Con el partido ya empezado Coca departió con algunos empleados del club, sentados en una esquina del palco. Una vez comprobó que Claassen había tomado asiento, el abogado hizo lo propio en el lado opuesto al del germano.

Entre el alemán y Serra Ferrer y Cladera se sentaron Miquel Bestard, presidente de la Balear de fútbol, y dos dirigentes del Atlético de Madrid. En este caso consecuencia del protocolo, no de antipatías personales.

"Un escrito difamatorio"

El alemán desayunó ayer con los detalles del escrito de indefensión que enviaron al juez los abogados de Serra Ferrer y Cladera. El alemán criticó que apareciera publicado en varios medios –entre ellos este diario– y calificó su contenido de "difamatorio y lleno de acusaciones falsas". También acusó a los dos dirigentes bermellones de estar detrás de su publicación: "Me acusan a mí de dañar la imagen del club con la querella, pero son ellos los que lo hacen haciendo público ese documento un día antes de un partido", subrayó Claassen.

"Yo no me he querellado contra el club, sino contra dos personas que, en mi opinión, me han engañado y me han estafado", añadió el germano.