El Govern Bauzá bautizó con el nombre de Via Verda el antiguo trazado ferroviario entre Manacor y Artà, al adecuarlo para ciclistas y senderistas. Apeló a fines ecologistas a pesar de que su intención última era hacer descarrilar, de una vez por todas, las reivindicaciones de una recuperación normalizada del tren en la comarca. En todo caso, la denominación es válida para confirmar que el proyecto sigue tan inmaduro como siempre. En Madrid y Palma sigue importando muy poco el afianzamiento del transporte público.
Més vuelve a entrenar ahora las ilusiones reclamando un convenio ferroviario plurianual que permita recuperar la línea y ramificarla hasta la costa. No le faltan argumentos ni apoyo social aletargado para una iniciativa que, sin embargo, no hallará buena estación de llegada. Ni aún la firma del convenio, del que no existen perspectivas, garantizaría nada. Basta remitirse a las experiencias precedentes para confirmarlo. Mallorca está condenada al agravio, también en cuestión de trenes. La comparación con el AVE peninsular es tan recurrente como certera.
