Hace ocho meses que Marc Balaguer empezó a diseñar y fabricar artesanalmente tablas de surf; tiempo suficiente para que se haya convertido, desde su taller de Portocolom, en uno de los más emergentes y novedosos al utilizar en su elaboración madera de paulownia, un árbol cuyo material es lo suficientemente ligero para ser maniobrado con facilidad y más resistente que la balsa ante posibles golpes.

Unas vacaciones por la Bretaña francesa le revelaron hace poco su pasión por surfear, lo que le llevó a derivar parte de su trabajo como carpintero naval a la elaboración de tablas con las que poder afrontar mejor las olas, al tiempo que resaltasen por su diseño, material y calidad.

Fue a finales de 2017 cuando buscó en el mercado una madera que lo hiciera posible. La encontró a través de la empresa manacorina iPaulownia, que desde hace casi una década produce la materia prima con la que poder elaborar distintos productos, dándoles un valor añadido.

"En cuanto me puse con las primeras pruebas vi perfectamente el potencial de la madera, y cuando enseñé y di a probar las primeras tablas, todo el mundo quedó muy contento. Ahora el reto está en irles quitando algo más de peso", explica Balaguer, quien llegó hace una década a Mallorca y que hace tres años recaló en Portocolom, donde montó su propio taller: Carpintería Naval Mallorca.

El proceso para la elaboración de una tabla de surf de madera de paulownia de tres metros de largo por 62 centímetros de ancho, le lleva unas 30 horas de trabajo "una vez ya tengo el diseño previo". Se pueden hacer o bien macizas o bien con el núcleo interior de una espuma especial para después recubrirlas con una capa de láminas de madera de cinco milímetros, cubiertas de resina.

"Lo bueno de la paulownia es que en sí misma ya es impermeable y por tanto no aumenta de peso en contacto con el agua, lo que es algo primordial. Además es lo suficientemente resistente para durar y su mantenimiento es sencillo", alaba Balaguer.

El otro punto a favor es que la madera de este árbol, pese a ser de origen asiático, está plantada en Manacor, "por lo que además es local y no hay casi gasto para transportarlo. Es sostenible". Y es que parece que la paulownia casi se haya diseñado para el surf, ya que en verano no se calienta ni deforma por las altas temperaturas como pasa con las tablas sintéticas "y además puede teñirse de distintos colores o por zonas".

"Quien quiera puede verlas y encargar una tabla sin problema". Están hechas a mano, así que no hay ninguna igual que otra, por lo que van pertinentemente numeradas y con el sello de la marca Style of life, creada por Balaguer para sus diseños, con, por supuesto, una ola como logotipo.

Distintos modelos y tamaños

Se fabrican en distintos modelos y tamaños dependiendo del uso. Y en mente ya está empezar con tablas de paddle surf, también de tres metros de largo y un poco más anchas, de 75 centímetros para darles mayor estabilidad y un peso de unos once kilos.

Por lo que respecta a los precios, dependiendo del material, tamaño y tiempo de elaboración, fluctuan entre los 650 euros para las tablas de surf más pequeñas, hasta los 1.200 que puede llegar a costar una tabla de paddle hecha con paulownia.