El ayuntamiento de Pollença aseguró ayer que los continuos problemas de vertidos de aguas residuales en el Moll "tienen su origen" en la red de alcantarillado de las urbanizaciones Llenaire, Gotmar y Pinaret, cuyas canalizaciones "son muy antiguas y tienen las juntas permeables".

Además, apunta que las lluvias del invierno han subido los niveles de las aguas freáticas, que se infiltran por las canalizaciones, y que numerosas viviendas de los citados núcleos bombean el agua freática a la red de alcantarillado y no a la de aguas pluviales. "Esto provoca que la red de alcantarillado se sature de agua de lluvia mezclada con aguas sucias e impida la evacuación de las aguas residuales de las zonas más bajas".

El Ayuntamiento asegura que las obras de la primera línea no han empeorado la situación y que "este problema no es nuevo". A su entender, la solución "pasa por sustituir las canalizaciones de Llenaire y mejorar la conexión del pozo de impulsión de la plaça Joan Cerdà hasta la impulsora de la depuradora mediante una canalización de mayor diámetro y resistencia", lo que requiere "obras muy importantes".