El Pac de Vilafranca se ha convertido desde hace ya varias semanas en el lugar idóneo de gallos, gallinas y gatos, que campan a sus anchas en las proximidades del centro sanitario. Los vecinos del municipio se quejan de la quincena de gatos que rondan por las instalaciones y de los riesgos que eso conlleva, como la transmisión de enfermedades a mujeres embarazadas como la toxoplasmosis.

A pesar de las insistentes quejas vecinales por una cuestión sanitaria e higiénica, los animales son alimentados a diario y han establecido ahí su hábitat.