El patrimonio inmobiliario que posee el ayuntamiento de Sóller está que se cae. Un consistorio que de forma perenne se mueve en la precariedad económica y la falta de interés de los sucesivos gobiernos, ha abocado a buena parte del patrimonio de todos los sollerics a un estado lamentable de ruina. Los edificios más emblemáticos dan fe de la falta de mantenimiento o inversiones, y algunos de ellos languidecen hasta el punto de que están a solo un paso de la ruina total.

La polémica suscitada hace unas semanas en relación a la posibilidad de que el Ayuntamiento pudiera vender el cine Fantasio, ha servido para poner de manifiesto el mal estado de conservación en el que se encuentra un cine que está cerrado desde hace 35 años. Hasta el punto de que ya se han abierto algunos agujeros en el techo que no hacen más que acelerar su degradación por las filtraciones del agua de lluvia.

Otro ejemplo sangrante es el de la escuela rural de ses Marjades, en la que la falta de mantenimiento ha obligado a su clausura después de 86 años de docencia ininterrumpida. Y no será por ahora que pueda retornar a la actividad, porque no hay ningún plan a corto plazo para su recuperación.

Otro caso más es el edificio del matadero municipal que, si bien está protegido por ser de estilo modernista, permanece completamente abandonado, en estado ruinoso. El concejal de Infraestructuras, Andreu Castanyer, reconoce las dificultades que tiene el Ayuntamiento para afrontar inversiones millonarias para recuperar el matadero municipal. Alega la nula disponibilidad presupuestaria para llevarlo a cabo y la falta concreta de usos para estos edificios. Castanyer añade que primordialmente la falta de recursos económicos hace difícil una solución que detenga la degradación que está dañando los tres edificios públicos.

En la lista de ruinas de Sóller se le pueden añadir el antiguo lazareto, la Fàbrica Nova (que posiblemente acabe siendo del consistorio si concluye con éxito el proceso de expropiación forzosa que promueven sus propietarios) o el futuro más que incierto que planea sobre el oratorio de Santa Catalina, donde está ubicado el clausurado Museo del Mar.

Solo dos edificios se han salvado del abandono: el casal vecinal de Biniaraix, que a través de la iniciativa privada ha podido ser recuperado dándole un nuevo uso, y el teatro Defensora Sollerense, que este año comenzarán a darse sus primeros pasos para restaurarlo después de décadas de abandono.