Los centenarios muros de la inacabada Església Nova de Son Servera, se convirtieron, como en cada Viernes Santo, en Gólgota, aquel sitio cerca del exterior de la Murallas de Jerusalem donde fue crucificado Jesucristo, según los relatos bíblicos.

Durante media hora, se representó la bajada del cuerpo crucificado de Jesús. Esta escenificación dio paso a la procesión del Viernes Santo que culminó en la Iglesia de Sant Joan Baptista. Este año la Representación estuvo marcada por el fuerte viento y por el amago de lluvia que hicieron pensar en suspenderla.