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Entrevista

"Los colonos menorquines llegaron a ser tratados casi como esclavos"

Tomeu Matamalas:"Podría definir 'Nova Esmirna' como una historia épica, aunque hoy en día eso no esté mucho de moda"

Esta es ya la quinta novela de Matamalas (Manacor, 1952). s. sansó

La última novela del escritor manacorí Tomeu Matamalas (editada por Món de Llibres) rememora la historia de una aventura verdadera entre dos continentes, repleta de penurias y de épica. La del médico escocés Andrew Turnbull, quien aprovechando una oferta del gobierno británico para cultivar cerca de 100.000 acres de tierra en Florida, reclutó, en 1768, a 1.400 colonos del Mediterráneo para hacerla productiva. 900 de ellos eran menorquines (en aquel momento territorio inglés). Su viaje, las condiciones de la plantación de Nueva Esmirna y su asentamiento final en Saint Augustine, marcan un relato tan trágico como absolutamente real.

Usted, que además de escritor también es músico, dígame, ¿En qué se parece una canción a una novela?

Casi se podría decir que son lo mismo, en el sentido de que una novela tiene 300 páginas y una canción dura tres minutos; y que las dos deben tener un planteamiento inicial, un nudo y un desenlace. Debes enganchar tanto al oyente como al lector en los 30 primeros segundos o páginas y mantener el ritmo para no aburrirle... pero eso ya lo inventaron los griegos. De todas formas creo que escribir bien es más complicado incluso que componer.

Sigamos por ahí, ¿Cómo describiría su última novela, 'Nova Esmirna', para atraer al lector?

La definiría como una novela épica, aunque eso hoy en día no este muy de moda. Sería una mezcla entre un western y una novela de esclavos. ¡Si Spielberg la leyera posiblemente haría una gran película! [sonríe].

¿Por qué un 'western' si el oeste estaba aún por descubrir y la historia transcurre en la Florida?

Porque en la historia de los menorquines que fueron a trabajar las tierras para el médico escocés, también está el preludio de las tres guerras indias, las de las tribus Seminolas, que por aquel entonces se unieron y a punto estuvieron de ganar. Eran una amenaza grave. Aquellos menorquines incluso se vieron las caras con ellas en dos ocasiones.

¿Qué conexión hay entre un doctor escocés, Turquía, Gran Bretaña, Menorca y Florida?

Turnbull había sido cónsul británico en Esmirna (Turquía), donde se casó con la hija de un comerciante local. Al mismo tiempo él tenía contactos con Menorca, ya que en 1763, España había cedido al Reino Unido tanto la Florida y las tierras norteamericanas al este y sureste del río Mississipi, como Menorca, estratégicamente importante en el Mediterráneo.

¿Cuál era el trato?

El gobierno le daba 100.000 acres de tierras, lo que equivaldría a tres cuartas partes de Menorca, a cambio de que éstas fueran productivas en un periodo de diez años. Hay que tener en cuenta que eran inhóspitas, pantanosas y llenas de animales peligrosos. No era nada fácil.

¿Por qué no compró esclavos negros para el proyecto?, ¿No era lo normal en aquellos momentos?

Sí, pero el problema era que, aunque recibió ayudas estatales, comprar esclavos no era barato, todo lo contrario. Además, cuando uno moría, el propietario perdía lo que había pagado por él; mientras que si se trataba de un colono, alguien que se enrolara de forma voluntaria para ir allí y progresar, ni había supuesto un gasto ni era especialmente preocupante perderlo. Turnbull había vivido en el Mediterráneo y sabía que en muchas zonas se pasaba hambre, así que decidió buscar allí la mano de obra para la plantación: italianos (muchos de ellos de Livorno), griegos, un par de mallorquines y hasta 900 menorquines. El grueso de las 1.400 personas que embarcaron desde Maó en 1768, en ocho embarcaciones alquiladas.

¿Los menorquines también pasaban penurias?

Los años 1766 y 1767 fueron años de hambre en Menorca. Así que decidieron ir a buscar fortuna, la mayoría con el convencimiento de no volver.

Una vez allí, ¿cuál era el trato?

Una vez desembarcados tras tres meses de dura travesía, se les hizo un contrato mediante el cual, trascurridos diez años, si la plantación había progresado, serían recompensados con un trozo de tierra en propiedad. En teoría durante los cuatro primeros meses se les daría comida y casa de manera gratuita... pero solo habían calculado para 500 personas.

Estaban predestinados a la escasez.

Así es, tuvieron que cazar, pescar y hasta comer hierba para sobrevivir... el proyecto estaba pensado para el cultivo de añil, naranjas y productos mediterráneos adaptados. Además, viendo que no se cumplían los plazos y que muchos habían muerto por enfermedades como el paludismo o la disentería, Turnbull contrató a capataces que entonces sí trataron a los llegados como esclavos, lo que supuso la interposición de hasta 21 quejas formales documentadas ante el gobernador de la Florida británica, por todo tipo de maltratos, incumplimientos de contrato y hasta asesinatos.

Finalmente y tras nueve años de trabajos en la plantación, el gobernador dio permisos a los colonos que quedaban para poder rescindir sus contratos y marchas al pueblo cercano de Saint Augustine.

¿Allí les fue mejor?

Sí. Allí les dieron tierras y progresaron en el cultivo. Vivían todos en el mismo barrio, conocido como de los Mahonese, dado que siempre fueron predominantes tanto el catolicismo como el menorquín como idioma entre todos ellos, fueron griegos, italianos o los descendientes de matrimonios mixtos. Además compraban barato las casas y pertenencias de quienes marchaban y vendían alimentos y enseres a los nuevos que llegaban.

¿Qué quiere decir?

Tenga en cuenta que Florida, tras ser cedida a los ingleses, pocos años más tarde fue de nuevo española hasta prácticamente la independencia de los Estados Unidos, donde fue incorporada. De ahí que hubiera ingleses que marchaban, españoles que llegaban y al revés. En una generación, estos menorquines tuvieron hasta tres nacionalidades distintas.

¿Se conservan apellidos o vocablos menorquines en el Saint Augustine de hoy en día?

En los años ochenta el estudioso estadounidense Philip Rasico, se interesó en el tema y viajó hasta allí para conocer qué quedaba de todo ello. Efectivamente todavía existían expresiones como Quesaçò?, tradiciones, recetas o apellidos como Pons, Moll o Alzina, y hasta algunas casas.

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